Una nueva caravana de más de 2,500 migrantes partió de Tapachula, Chiapas, rumbo a la frontera norte de México, con el objetivo de llegar antes del 20 de enero, fecha en que Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia de los Estados Unidos. Este movimiento representa la primera caravana del 2025 y la décima en lo que va del gobierno de Claudia Sheinbaum. La partida se dio en un ambiente de tensión y frustración, marcando un desafío para las políticas migratorias de ambos países.
La caravana emergió tras la expulsión de los migrantes de un campamento en Tapachula, donde el Instituto Nacional de Migración (INM) los desalojó sin proporcionar documentos de tránsito en el país. Ante la falta de alternativas y soluciones claras, el grupo decidió organizarse, buscando avanzar "en paz", según palabras de Luis García Villagrán, activista del Centro de Dignificación Humana.
Desde la tarde del 1 de enero, los migrantes comenzaron a reunirse en el parque Bicentenario, motivados por la desesperación de meses de espera y una creciente escasez de recursos. Según testimonios, muchos han intentado acceder a la plataforma CBP-ONE, herramienta estadounidense destinada a programar citas migratorias, pero sin éxito. Este obstáculo, sumado a la falta de dinero, alimentó la decisión colectiva de avanzar en caravana.
Los migrantes denuncian que la plataforma CBP-ONE, un sistema digital implementado para gestionar las solicitudes de ingreso a Estados Unidos, no ha respondido de manera efectiva. Luis García Villagrán destacó que este sistema, lejos de resolver el flujo migratorio, ha incrementado la incertidumbre y desesperación de los desplazados. Además, acusó al INM de engañar a los migrantes al trasladarlos a ciudades como Tuxtla Gutiérrez o Mérida, lugares donde sus solicitudes no califican en la plataforma.
La caravana representa una respuesta directa a estos problemas, buscando llegar por sus propios medios a la frontera norte para aumentar sus posibilidades de ingresar legalmente a Estados Unidos.
Los migrantes partieron en las primeras horas del 2 de enero y pasaron su primera noche en el municipio de Huehuetán, Chiapas. A lo largo de su trayecto, han manifestado su rechazo a cualquier oferta de ayuda del INM que implique desviar su ruta hacia ciudades del sureste mexicano.
El activista García Villagrán enfatizó la necesidad de un acompañamiento humanitario real por parte del gobierno mexicano. Aseguró que los migrantes buscan atención directa de la presidenta Claudia Sheinbaum, pidiendo su intervención para asegurar condiciones dignas en el tránsito y una solución migratoria viable.
La preocupación entre los migrantes se ve agravada por las crecientes deportaciones masivas. En el gobierno de Joe Biden, más de 4 millones de personas han sido deportadas, superando con creces las cifras del gobierno anterior de Trump, que reportó un millón de deportados en el mismo periodo. Este contexto de endurecimiento en las políticas migratorias estadounidenses añade urgencia al movimiento de la caravana, que busca evitar quedar atrapada en un círculo de detenciones y deportaciones sin oportunidad de asilo.
Los líderes de la caravana han pedido que el gobierno de México, encabezado por Sheinbaum, adopte medidas concretas para proteger y apoyar a los migrantes en tránsito. Esto incluye un proceso transparente y seguro para regularizar su estancia en el país mientras intentan llegar a Estados Unidos.
A medida que la caravana avanza, enfrenta numerosos retos, desde las inclemencias climáticas hasta la posibilidad de confrontaciones con autoridades migratorias. Sin embargo, los migrantes mantienen su determinación de llegar a la frontera norte. Para ellos, esta es una lucha por la supervivencia y la esperanza de un futuro mejor, dejando atrás la adversidad en busca de nuevas oportunidades.
Esta caravana no solo pone en evidencia la compleja crisis migratoria de la región, sino que también plantea interrogantes sobre la capacidad de los gobiernos de México y Estados Unidos para abordar el fenómeno desde una perspectiva humana y sostenible. El destino de estas 2,500 personas será un testimonio más de las políticas migratorias en constante tensión.
Salió la primera caravana migrante del año. Unas 2 mil personas partieron desde #Tapachula, #Chiapas con el objetivo de llegar a la frontera con #EUA antes de que Donald Trump asuma la Presidencia. Caminaron hacia el poblado de Viva México, pero en el trayecto comenzaron a… pic.twitter.com/3SZFZPC8jr
— Nacho Lozano (@nacholozano) January 3, 2025