Los asaltos no dejan respirar a los mexicanos, ahora tampoco a la iglesia mexicana, en el estado de Colima un grupo de asaltantes se metió Santuario San Juan Pablo II al norte de la entidad.
Los delincuentes se llevaron objetos de oro y plata: pero no cualquier objeto valioso, sino que se trata de joyas tanto en valor histórico como en su valor en metal precioso.
Los reportes preliminares y la confirmación de la Diócesis, los delincuentes ingresaron al inmueble sin que se reportaran cerraduras forzadas o daños estructurales en los accesos. El botín incluyó dos cálices de plata bañados en oro y un evangeliario con incrustaciones del mismo metal precioso.
"Nadie se salva”, Obispo de Colima ante la inseguridad y violencia que se vive en la entidad gobernada por Morena.
Gerardo Díaz Vázquez, Obispo de Colima, detalló que el hurto se limitó a la sacristía, descartando actos de vandalismo o destrozos al interior del templo. Sin embargo, el jerarca católico aprovechó para señalar la situación de riesgo que atraviesa la ciudadanía en general.
“Ingresaron y de la sacristía se llevaron unos cálices y el evangeliario. No hubo daños, no hubo destrozos (...) Simplemente entraron, tomaron unos cálices y se fueron", explicó Díaz Vázquez.
El líder religioso añadió una reflexión sobre el clima de violencia local: en las condiciones en las que nos encontramos actualmente, yo creo que nadie se salva. Somos vulnerables, todos estamos expuestos y todos podemos ser objeto de algún robo de este tipo".
¿Qué dicen los feligreses de la localidad?
Esta noticia causó molestia entre la comunidad católica de la capital. Vecinos y feligreses calificaron el acto no solo como un delito, sino como un sacrilegio. Xóchitl Sánchez, vecina de la zona, exigió resultados a la Fiscalía del Estado: "Aparte de que es un sacrilegio, pues es un robo, y tiene que regresar a su lugar. Que las autoridades tomen cartas en el asunto".