
Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna, quien ocupaba uno de los cargos más importantes dentro de la Fiscalía General de la República en Tamaulipas, fue blanco de un doble atentado que terminó por arrebatarle la vida a plena luz del día y en una de las vialidades más transitadas e importantes de Reynosa. En los ataques, trascendió que los responsables habrían utilizado granadas de fragmentación o algún otro tipo de explosivo que, hasta el momento, no ha sido revelado por las autoridades estatales ni federales.
Tampoco se conoce el móvil ni la identidad de los responsables. La única pista que podría llevar a su arresto es el hallazgo de una camioneta utilizada por un grupo de sicarios que le dieron alcance para rematarlo a quemarropa.
La ejecución de Vázquez Reyna ocurrió la tarde del 4 de agosto, alrededor de las cuatro y cuarto. El delegado transitaba por el bulevar Miguel Hidalgo a bordo de una camioneta Cadillac blindada de color negro. Según testigos, el vehículo del funcionario fue alcanzado por lo que se presume fue una granada de fragmentación, en medio de decenas de automovilistas que bien pudieron haber sido víctimas del artero crimen.
La explosión y posterior incendio obligaron a Ernesto a bajar de la unidad con algunas lesiones por quemaduras, quedando tendido en el pavimento mientras esperaba ayuda. Sin embargo, en cuestión de segundos, fue sorprendido por un comando a bordo de una camioneta gris que lo remató antes de huir.
Los hechos fueron captados desde varios ángulos y rápidamente difundidos en redes sociales. El pánico era evidente: la camioneta envuelta en llamas, una humareda visible a distancia y el cuerpo del delegado inerte en el piso.
Fue un ciudadano quien tomó valor para acercarse al vehículo, pese al riesgo de que explotara, y retirarlo del fuego tomándolo del brazo y arrastrándolo varios metros.
Todo esto ocurrió mientras, para evitar ser capturados y lograr escapar, los criminales realizaban múltiples narcobloqueos en la zona.
Cinco horas después del atentado, cerca de la medianoche, en un operativo desplegado por las autoridades se localizó la camioneta gris tipo Ford Explorer, abandonada en la colonia Lomas del Real de Jarachina, a escasos metros del lugar donde ocurrió la agresión. El aseguramiento se dio a conocer de manera extraoficial, sin que hasta el momento exista información sobre alguna línea de investigación o el posible hallazgo de armas o equipo táctico al interior del vehículo, como suele suceder en otros casos.
La Vocería de Seguridad de Tamaulipas señaló en su reporte inicial que el llamado de emergencia se atendió por detonaciones de arma de fuego y un vehículo incendiado a la altura del fraccionamiento Las Quintas. Sin embargo, fue alrededor de las 7:30 de la noche cuando se corroboró que la víctima era un funcionario federal.
El gobernador Américo Villarreal condenó el crimen desde sus redes sociales, limitándose a señalar que “desde el Gobierno de Tamaulipas condenaban el asesinato del delegado de la FGR en el estado” y que “se solidarizaban con su familia reiterando la total disposición de coadyuvar con la Fiscalía y el Gobierno de México en la búsqueda de justicia y la construcción de la paz”.
La presidenta Claudia Sheinbaum también se pronunció al respecto en su conferencia matutina, dejando en claro que sería el gabinete de seguridad quien, en las próximas horas o días, brindaría detalles del homicidio.
Mientras el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, mantiene comunicación con el gobierno estatal, se sabe que el ataque directo contra Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna ocurre en un contexto de recrudecimiento de la violencia en Tamaulipas, particularmente en Reynosa, una ciudad históricamente disputada por el Cártel del Golfo y, en los últimos años, por el Cártel Jalisco Nueva Generación.
La zona, ubicada a pocos kilómetros de la frontera con Estados Unidos, es estratégica para el trasiego de drogas, migrantes y combustibles, lo que ha provocado choques constantes entre ambas organizaciones.
De perfil discreto, Ernesto Vázquez estuvo al frente de la delegación de la FGR en Tamaulipas al menos desde 2019. Su labor incluía coordinar investigaciones de alto impacto en delitos de delincuencia organizada, narcotráfico y delitos electorales, además de representar a la federación en actos de seguridad y justicia a nivel estatal.
Durante su gestión, participó en múltiples actividades públicas junto al gobernador Américo Villarreal y al alcalde de Reynosa, Carlos Peña Ortiz. En julio de 2024 formó parte de la entrega de patrullas a la Guardia Estatal y de la inauguración del renovado Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo e Inteligencia, mejor conocido como C5, donde también se donó un helicóptero Bell 206 presuntamente decomisado al crimen organizado.
Su muerte recuerda a otro episodio violento ocurrido en 2010, cuando también en Tamaulipas fue ejecutado Rodolfo Torre Cantú, entonces candidato a la gubernatura del estado. Hoy, con la ejecución de Vázquez Reyna, el temor de volver a aquellos tiempos se siente de nuevo entre los tamaulipecos.