Ciudad de México. En medio de llanto, consignas y exigencias de justicia, familiares, amigos, compañeras de trabajo y colectivos feministas despidieron este martes a Jazmín García de Jesús, oficial auxiliar de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, cuyo cuerpo fue hallado sin vida y enterrado en el patio de su vivienda luego de permanecer 12 días desaparecida.
La ceremonia fúnebre se realizó en una vivienda de la alcaldía Álvaro Obregón, desde donde el cortejo partió al panteón de San Mateo Tlaltenango, en Cuajimalpa, entre aplausos y gritos de “Ni una más, queremos justicia”. Jazmín, de 25 años, madre de dos menores de edad, era recordada por sus seres queridos como una mujer dedicada tanto a su profesión como a su familia, que recién se había incorporado a la SSC y buscaba con empeño un mejor futuro para sus hijos.
Según los reportes oficiales, la agente fue reportada como desaparecida desde el pasado 15 de diciembre; ese día salió de su trabajo en la Ciudad de México y no regresó. Tras su ausencia, familiares emprendieron la búsqueda junto con colectivos y activistas que denunciaron su caso en redes y exigieron acciones a las autoridades.
El cambio en la investigación se dio cuando elementos de la Policía de Investigación (PDI) y binomios caninos realizaron un cateo en la casa que compartía con su expareja, identificada como José Andrés “N”, de 30 años, localizada en los límites de Álvaro Obregón y Cuajimalpa. En el patio trasero, perros adiestrados localizaron el cuerpo de Jazmín enterrado. Las pruebas recabadas llevaron a la detención de José Andrés, quien ahora enfrenta cargos por feminicidio y se encuentra bajo prisión preventiva en el Reclusorio Norte, a la espera de su audiencia de vinculación a proceso.
Colectivos de búsqueda y feministas han señalado al detenido como el presunto responsable del crimen y han insistido en que el caso sea reconocido oficialmente como feminicidio, en un contexto nacional donde los casos de violencia de género contra mujeres, incluidas policías, han encendido alarmas sociales.
Durante el sepelio, se escucharon palabras de afecto y dolor: “Siempre nos hacía sonreír”, recordaron algunas de sus compañeras, al tiempo que familiares reclamaron a las autoridades mayor compromiso para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres. La partida de Jazmín deja un vacío en su comunidad y subraya la urgencia de atender con perspectiva de género las desapariciones y homicidios de mujeres en el país.