
Michoacán se ha convertido en un ejemplo de la ingobernabilidad por la que atraviesa gran parte del país. Muestra de ello es el reciente asesinato de Bernardo Bravo, líder limonero en el municipio de Apatzingán, este hecho puso nuevamente en evidencia la compleja red de extorsión y violencia que desde hace más de una década mantiene bajo asedio a los productores agrícolas de la región de Tierra Caliente.
Su muerte ha sido calificada como un mensaje claro del crimen para todos aquellos que levantan la voz en la búsqueda de justicia y trabajo digno, vaya, el narcotráfico acaba con las vidas de los que hacen ruido en pro de los campesinos y productores.
El medio Reforma realizó un reportaje de la mano del periodista Benito Jiménez en donde exhibe que la región de Tierra Caliente es disputada actualmente por al menos cinco grupos del crimen organizado.
Pero vamos en orden. Bravo, quien también fue uno de los principales impulsores de la instalación de un cuartel militar en la zona, fue ejecutado recientemente. Este caso recuerda el crimen de su padre, “Don Berna”, asesinado hace casi una década tras negarse a pagar las cuotas criminales impuestas por grupos delincuenciales.
Pero ¿qué sucede en la región? Desde hace ya varios años se ha denunciado el control criminal ejercido sobre la producción de limón y aguacate, que son las principales actividades económicas de Michoacán. Desde 2013, con el dominio de Los Caballeros Templarios, los agricultores eran obligados a pagar cuotas de extorsión. Según se revela en el trabajo periodístico, en el caso del limón, el cobro era de al menos dos pesos por kilo de fruta cortada.
Pero la situación de inseguridad y violencia ha incrementado, pues productores de la región denuncian que actualmente deben pagar una “cuota doble”. ¿A qué se refieren? Un primer pago lo deben hacer a los grandes cárteles, principalmente a Los Viagras. Una vez completada esa cuota llegan las células locales como remanentes de Los Templarios, quienes piden dinero bajo el concepto de “derecho de piso rural”.
La cadena de extorsión también alcanza al sector aguacatero: desde el productor, pasando por el empacador, hasta el transportista.
El medio Reforma dio a conocer que cinco organizaciones criminales se disputan el control de la producción y comercio de cítricos y aguacates:
*Los Viagras, liderados por los hermanos Sierra Santana, tienen como bastión Apatzingán y Buenavista, regiones estratégicas para el trasiego de drogas y el control agrícola.
* Los Blancos de Troya, brazo armado de Los Viagras.
* Los Templarios, que han logrado reagruparse tras la disolución del movimiento de autodefensas.
* El Cartel de Tepalcatepec, creado en 2018 por Juan José Farías, alias El Abuelo, tras su ruptura con el Cártel Jalisco Nueva
Generación (CJNG).
* El CJNG, con presencia intermitente y alianzas estratégicas, particularmente en Buenavista y La Ruana.