
Casi dos años después de que estallara una de las polémicas más virales en torno a la música regional mexicana, Yahritza Martínez, vocalista de la agrupación Yahritza y su Esencia, reapareció públicamente para pedir perdón al público mexicano. Lo hizo con un video sencillo, directo, publicado en su cuenta de TikTok, donde se le observa cantando uno de los temas que los llevó a la fama: “Soy el único”. Sobre la imagen, una frase contundente:
“Si perdonan a su ex, perdónenme a mí”.
El gesto no pasó desapercibido. La grabación superó rápidamente el millón de vistas y desató una nueva ola de reacciones, bromas, apoyos y reproches. A pesar del tiempo transcurrido desde aquella entrevista en la que Yahritza y sus hermanos hablaron despectivamente sobre la comida mexicana y la Ciudad de México, el público no ha olvidado. En redes sociales, usuarios condicionaron su perdón:
“Haz una tiradera contra Florinda Meza y Ángela Aguilar, y entonces hablamos”, escribió uno de los miles de comentaristas.
La alusión no fue gratuita. En semanas recientes, tanto Florinda Meza como Ángela Aguilar se han convertido en figuras polémicas dentro del entretenimiento mexicano. La primera, por sus declaraciones sobre su relación con Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, y la segunda, por su nuevo vínculo amoroso con el cantante Christian Nodal. Ambas han estado en el centro del huracán mediático, y ahora sus nombres aparecen inesperadamente conectados con el de Yahritza.
La historia del desencuentro entre Yahritza y su Esencia y el público mexicano se remonta al año 2023. En pleno auge de su carrera como representantes jóvenes del regional mexicano —a pesar de haber nacido y crecido en Yakima Valley, Washington—, los hermanos Jairo, Armando y Yahritza Martínez realizaron una visita promocional a México. Fue ahí donde se registraron las declaraciones que marcarían su destino mediático.
Durante una entrevista, Jairo dijo que prefería comer pollo, en especial chicken nuggets, y que evitaba la comida mexicana porque “está muy seca” y no le gusta el picante. Armando, por su parte, aseguró que en su ciudad natal la comida “pica más” y también cuestionó los sabores locales. Yahritza cerró la secuencia con una frase que no cayó bien: dijo que no le gustaba el ruido de la Ciudad de México, en especial por las patrullas y los sonidos del tránsito.
Aunque los comentarios parecieron simples preferencias personales, el tono y el momento fueron explosivos. Las redes sociales reaccionaron con rapidez. Decenas de memes, videos y críticas se viralizaron en cuestión de horas. Muchos señalaron la contradicción entre su discurso y su música: ¿cómo podían representar a México si desdeñaban su gastronomía y su cultura urbana?
La respuesta del público fue severa. Los conciertos de la agrupación comenzaron a registrar menor afluencia. Algunos eventos fueron cancelados. La reputación de los jóvenes músicos sufrió un golpe que, hasta ahora, parecía irreversible. En distintas plataformas, se les apodó “los del pollo” y “los de los nuggets”. La funa —término popularizado para describir linchamientos públicos en redes— se volvió un punto de inflexión en su carrera.
En aquel entonces, Yahritza intentó disculparse, pero sus palabras no lograron frenar el rechazo. Tampoco ayudó que algunos fans detectaran inconsistencias en su actitud pública, acusándolos de mostrarse orgullosos de sus raíces mexicanas solo cuando les convenía comercialmente.