En los terrenos de la feria de Zitácuaro, Michoacán, dos comerciantes protagonizaron un momento tan inesperado como cómico: una carrera de arrancones en triciclo, que muchos ya comparan, en broma, con una versión muy mexicana de Rápido y Furioso.
El improvisado duelo fue captado por asistentes y rápidamente comenzó a circular en redes sociales. En el video se observa a ambos tricicleros alineándose, acelerando y avanzando entre risas, mientras el público alrededor aplaude y celebra la ocurrencia. No hubo premios, ni trofeos, ni apuestas oficiales, solo ingenio, humor y ganas de pasarla bien.
La escena no tardó en volverse viral, no solo por lo absurda y divertida, sino porque volvió a abrir una conversación recurrente en internet: México supera una vez más a los videos hechos con inteligencia artificial. Y es que, mientras en redes circulan clips generados por IA intentando recrear situaciones surrealistas, la realidad mexicana sigue ofreciendo momentos que ningún algoritmo podría anticipar.
Este tipo de escenas reflejan una característica muy arraigada en la cultura del país: el sentido del humor, la creatividad cotidiana y la capacidad de convertir cualquier espacio en un espectáculo espontáneo. Una feria, dos triciclos de helados y un público dispuesto a reír bastaron para crear un video que recorrió plataformas en cuestión de horas.