La espera por ver a Metallica en vivo era palpable desde que las luces del estadio se apagaron y un estruendo anunciaba el inicio del concierto. Desde el primer acorde de "Creeping Death", el público se entregó por completo, coreando cada letra y moviéndose al ritmo de los poderosos riffs que caracterizan a la banda. Hetfield, recuperado de sus problemas de alcoholismo y mostrando una fuerza vocal impresionante, lideró la velada con su característico carisma y presencia en el escenario.
El regreso de Metallica no fue solo un espectáculo musical, sino también un emotivo reencuentro con sus seguidores mexicanos. Tras haber cancelado su gira en 2019 debido a los problemas de salud de Hetfield y haber trabajado a distancia en su nuevo disco *72 Seasons* durante la pandemia, la banda demostró que su conexión con el público sigue intacta. "72 Seasons", la canción que da nombre al álbum, resonó fuerte, con Hetfield entregándose a cada nota y compartiendo el escenario con sus compañeros como una banda renovada y fortalecida.
La interacción de Hetfield con el público fue constante, deteniéndose entre canciones para agradecer a los fanáticos por su apoyo incondicional. En momentos, el líder de la banda miraba al cielo, cerraba los ojos y se dejaba llevar por el ritmo, una clara señal de que Metallica estaba disfrutando tanto como sus seguidores. Hammett y Trujillo también tuvieron su momento de protagonismo, destacándose con solos que arrancaron gritos de emoción de los asistentes.
Metallica aprovechó su visita a México para rendir homenaje a la cultura local de una manera muy especial. Durante su primer concierto, la banda sorprendió a todos al interpretar "La Chona" de Los Tucanes de Tijuana, desatando la euforia de los asistentes que no podían creer lo que estaban presenciando. Este gesto demostró el compromiso de Metallica con su audiencia mexicana, adaptándose y celebrando la música que resuena en la cultura local.
La segunda noche no fue menos memorable. Metallica continuó la tendencia de incluir canciones inesperadas en su setlist al tocar "La Negra Tomasa", un clásico cubano popularizado por la banda de rock mexicana Caifanes. Antes de iniciar la canción, Kirk Hammett se dirigió al público: “Vamos a tocar otra canción bien ching… para ustedes. Así es que todo mundo tiene que cantar con nosotros. Ayúdenos”. El estadio entero respondió con entusiasmo, cantando y bailando al ritmo de este inesperado cover que dejó claro que Metallica no solo domina el metal, sino que también sabe cómo adaptarse y sorprender.
El escenario 360° de Metallica fue uno de los elementos más comentados del concierto. Con ocho pantallas gigantes distribuidas estratégicamente, todos los asistentes pudieron disfrutar de una visibilidad perfecta desde cualquier punto del estadio. Este formato permitió una conexión más cercana entre la banda y el público, creando una atmósfera única que amplificó la energía de cada canción.
Además de la impresionante producción, la banda ofreció un setlist de 15 canciones que incluyó clásicos como "Master of Puppets", "The Day That Never Comes" y "Nothing Else Matters". Cada canción fue acompañada de una mezcla de pirotecnia, luces deslumbrantes y efectos especiales que elevaron la experiencia a otro nivel. El ritmo incansable del doble bombo de Lars Ulrich y los solos incendiarios de Hammett mantuvieron la adrenalina al máximo durante toda la noche.
A pesar del éxito de los conciertos, la segunda noche no estuvo exenta de contratiempos. Un fanático de 50 años sufrió un desmayo debido a la exposición al sol y las altas temperaturas. Los servicios médicos del lugar actuaron rápidamente, brindando atención inmediata y trasladando al hombre a un hospital cercano. Este incidente subraya la importancia de la seguridad en eventos masivos y el compromiso de Metallica y los organizadores con el bienestar de sus seguidores.
Con dos conciertos más programados, la expectativa sigue creciendo. Hetfield se ha tomado un breve descanso en Cancún, mientras que los demás integrantes aprovechan para turistear en la Ciudad de México. Metallica ha demostrado que su conexión con el público mexicano es inquebrantable y, con un par de sorpresas más preparadas, la banda promete que lo mejor está aún por venir. Los siguientes conciertos serán una oportunidad más para que Metallica reafirme su estatus como una de las bandas más influyentes y queridas del heavy metal.