En un reciente evento en la Ciudad de México, la actriz Laura Zapata volvió a demostrar por qué es conocida por su carácter frontal y directo. La también escritora protagonizó un tenso momento con la prensa al negarse a responder preguntas de Mariana Zepeda, reportera de los programas "Sale el Sol" y "De Primera Mano", ambos dirigidos por Gustavo Adolfo Infante. Este desencuentro no fue casual; está profundamente arraigado en una controversia que remonta a 2021.
Laura Zapata atravesó una difícil etapa en 2021 mientras cuidaba a su abuela, Eva Mange, quien presuntamente sufrió maltratos en una residencia de ancianos. Durante ese periodo, Gustavo Adolfo Infante, reconocido periodista de espectáculos, cuestionó la veracidad de las acusaciones de la actriz, insinuando que podía haber un trasfondo económico detrás de sus denuncias.
En declaraciones recientes en el programa "Secretos de Villanas", Zapata rememoró aquellos comentarios, lanzando fuertes críticas contra Infante. “Yo creo que le soltaron una lanita, dos pesos, porque es corcholatero. Entonces habló pestes de mí, pero además poniendo en duda la desgracia por la que estábamos pasando con mi abuela”, declaró Zapata, evidenciando el resentimiento que aún guarda hacia el periodista.
El conflicto escaló nuevamente durante el reciente evento cuando Mariana Zepeda, micrófono en mano, intentó obtener la opinión de Laura Zapata sobre el duelo que enfrenta su sobrina, Camila Sodi, tras la pérdida de su madre, Ernestina Sodi. La situación dio un giro inesperado cuando Zapata notó el logo del programa de Gustavo Adolfo Infante en el micrófono.
“¿De qué programa eres? No, no te contesto a ti, perdóname. No te contesto porque ese programa y ese señor son pelados conmigo, y no tengo nada que decirte. Vienes a hacer una pregunta de familia y no voy a contestar”, expresó contundente la actriz, visiblemente molesta.
A pesar de la negativa, Mariana Zepeda permaneció en el lugar, continuando con su labor periodística al grabar las declaraciones que Zapata ofrecía a otros medios presentes.
Laura Zapata no limitó su postura a la negativa de responder preguntas. En sus declaraciones posteriores, lanzó nuevos comentarios contra Gustavo Adolfo Infante y el contenido que representa. “Son los niveles de desarrollo de conciencia, y es muy claro porque los podemos ver. Es una forma de comer y de darle decoro a programas como el que representa la señorita”, afirmó.
La actriz, fiel a su estilo, también dejó una indirecta que encendió aún más la controversia: “Los perros ladran, los perros tienen que tragar”. Estas palabras, cargadas de ironía, reflejan la tensión latente entre la actriz y el periodista.
Hasta el momento, Gustavo Adolfo Infante no ha emitido una respuesta pública a las declaraciones de Laura Zapata. Sin embargo, se espera que pronto aborde el tema en alguna de sus plataformas habituales, ya sea a través de su canal de YouTube o en el programa "De Primera Mano". Este enfrentamiento no es el primero entre ambos, pero sí reafirma la distancia y el antagonismo que marcan su relación.
Laura Zapata, reconocida por su trayectoria actoral y su papel como defensora de causas sociales, nunca ha evitado expresar su opinión, aunque esta genere controversia. Su carácter directo la ha llevado a protagonizar numerosos desencuentros, no solo con periodistas, sino también con colegas de la industria.
El reciente episodio con Mariana Zepeda y las críticas a Gustavo Adolfo Infante son un ejemplo más de cómo la actriz defiende su verdad y se enfrenta a quienes, según ella, cuestionan su integridad.
El altercado no pasó desapercibido en redes sociales, donde las opiniones se dividieron. Algunos usuarios respaldaron la postura de Laura Zapata, destacando su derecho a defenderse de ataques pasados. Otros, sin embargo, consideraron que su reacción fue desmesurada y poco profesional.
Este tipo de incidentes refleja la compleja relación entre figuras públicas y los medios de comunicación, especialmente en un contexto donde las redes sociales amplifican cada palabra y gesto.
El enfrentamiento entre Laura Zapata y Gustavo Adolfo Infante, lejos de ser un episodio aislado, evidencia cómo los conflictos del pasado pueden resurgir con fuerza en el presente. Mientras se espera la respuesta del periodista, queda claro que este tipo de situaciones seguirá generando debate sobre los límites de la crítica mediática y el derecho de las figuras públicas a proteger su privacidad y reputación.