La acerera Altos Hornos de México (AHMSA) fue declarada oficialmente en quiebra por la jueza Ruth Huerta García, del Segundo de Distrito Especializado en Materia de Concursos Mercantiles en la Ciudad de México. La decisión fue tomada después de que no se alcanzara un acuerdo entre la empresa y sus acreedores durante el proceso de concurso mercantil, lo que pone fin a la fase de conciliación y abre el camino para el proceso de venta de activos de la compañía con sede en Monclova, Coahuila. El objetivo principal de esta venta será saldar las deudas pendientes y garantizar la liquidación de los trabajadores y acreedores afectados.
En agosto de 2024, AHMSA ya había anunciado su entrada en la etapa de quiebra, después de que venciera la última prórroga de conciliación otorgada por la misma jueza. Desde entonces, la compañía trató de encontrar posibles inversores que pudieran ayudar a capitalizar la empresa y salvarla de la quiebra definitiva. AHMSA estaba trabajando con su asesor financiero Rothschild & Co., bajo la supervisión del conciliador Víctor Manuel Aguilera, para atraer tanto a grupos nacionales como internacionales interesados en la reactivación de sus operaciones.
Sin embargo, la acerera no logró asegurar los 900 millones de dólares necesarios para reanudar sus actividades a plena capacidad. Este capital era esencial no solo para reiniciar sus operaciones, sino también para saldar las deudas con importantes acreedores como Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), además de cumplir con las obligaciones salariales y prestaciones pendientes de sus trabajadores.
La situación financiera de AHMSA se ha visto afectada durante años por una serie de factores, entre los que destaca su implicación en la polémica venta a sobreprecio de la planta chatarra Agronitrogenados a Pemex, un caso que ha sido objeto de investigación por parte de las autoridades mexicanas. Este escándalo, sumado a la creciente deuda y a la falta de inversión necesaria, condujo a la empresa a una situación cada vez más crítica.
A lo largo del proceso de concurso mercantil, AHMSA buscó diversas formas de evitar la quiebra, pero los esfuerzos no fueron suficientes. En diversas ocasiones, la siderúrgica informó de sus intentos por atraer a posibles inversionistas, destacando el interés de grupos extranjeros. No obstante, la magnitud de la deuda y la inestabilidad de las operaciones de la compañía hicieron difícil lograr una inyección de capital significativa.
Con la declaración de quiebra, la venta de los activos de AHMSA es ahora inevitable. Este proceso será supervisado por el conciliador* y estará destinado a maximizar los recursos que permitan cubrir las deudas de la empresa. Los primeros en recibir pagos serán los acreedores privilegiados, seguidos por los trabajadores que tienen derecho a liquidaciones. Aún se desconoce si esta venta será suficiente para cubrir todas las obligaciones financieras de la compañía.
La quiebra de AHMSA marca un golpe duro para la economía de Monclova, Coahuila, una ciudad que ha dependido históricamente de la acerera como uno de sus principales motores económicos. AHMSA ha sido una fuente importante de empleo en la región, por lo que la incertidumbre sobre el futuro de la compañía y la posibilidad de que los activos sean adquiridos por inversores externos generan preocupación entre los trabajadores y la comunidad local.
El caso de AHMSA resalta los desafíos que enfrenta la industria siderúrgica en México, en particular la necesidad de inversión y la competencia global. La acerera, una de las más grandes del país, ha sido un actor clave en la producción de acero, pero su crisis financiera refleja problemas más amplios dentro del sector.
Además, la situación de AHMSA podría tener repercusiones en otros sectores de la economía mexicana, como la construcción y la manufactura, que dependen del acero producido por la compañía. Las interrupciones en la producción y la posible reestructuración de la empresa tras la venta de activos podrían impactar la cadena de suministro de acero en el país.
El proceso de venta de los activos de AHMSA será determinante para definir el futuro de la empresa. Dependiendo de quién adquiera estos activos, la acerera podría reestructurarse y recuperar parte de sus operaciones, o bien, ser desmantelada y sus partes vendidas a distintos compradores.
Aunque la situación actual parece sombría, el interés de inversionistas tanto nacionales como extranjeros en la empresa ofrece una pequeña esperanza de que una nueva administración o un nuevo modelo de negocios logren revivir a AHMSA. Lo que está claro es que la quiebra de Altos Hornos de México marca el final de una era para una de las acereras más emblemáticas del país.