A lo largo de la historia, numerosos expertos se han atrevido a lanzar sus pronósticos sobre el fin del mundo. Desde Nostradamus, pasando por la conocida Baba Vanga, hasta llegar a otros más recientes como William Rees. Lejos de ser una realidad descabellada, muchos han demostrado que sus teorías se ajustaban a la realidad y han sido objeto de estudio en la actualidad.
Una de las últimas predicciones sobre este destino que provocaría la extinción de la raza humana fue planteada por uno de los científicos más influyentes del último siglo, Stephen Hawking, el cual falleció a los 76 años en su casa de Cambridge.
En una destacada intervención durante la Cumbre Tencent WE en Beijing en noviembre de 2017, el renombrado físico advirtió que la raza humana desaparecerá de la Tierra después de que la convirtamos en una esfera incandescente en menos de 600 años.
A su juicio, los peligros de la sobrepoblación y el aumento del consumo de energía son factores que eventualmente convertirían al quinto planeta del sistema solar en cuanto a tamaño -y el único capaz de albergar vida- en una esfera ardiente.
Por si esto fuera poco, el astrofísico británico expresó la necesidad de que la humanidad “vaya con valentía a donde nadie ha ido antes” para garantizar la continuidad de la especie durante otro millón de años. En caso contrario, el aumento poblacional y la creciente demanda de energía podrían conducir al planeta hacia su destrucción.
Para abordar este desafío, el cosmólogo y divulgador científico respaldó de manera contundente la iniciativa ‘Starshot Breakthrough’, que busca incesantemente alcanzar el sistema estelar Alpha Centauri, ubicado a cuatro años luz de distancia.
La empresa propone utilizar pequeñas naves espaciales capaces de viajar a la velocidad de la luz, con el objetivo de llegar a Alpha Centauri en un plazo de dos décadas. Según Hawking, esta innovadora iniciativa permitiría explorar nuevos planetas en busca de vida y aseguraría el futuro de la humanidad más allá de las limitaciones de la Tierra.