Los escenarios que han marcado este 2025 y otros años anteriores, como la guerra entre Ucrania y Rusia, las enfermedades, principalmente con la Pandemia de COVID-19, los asesinatos a nivel mundial, el cambio climático, los espectáculos que buscan proyectar una imagen que a simple vista se desmorona con el derramamiento de sangre en el mundo, la desigualdad en otros países y la inhumanidad que lleva a lucrar con la vida de las personas, esas imágenes están expuestas en una portada muy simbólica, misteriosa y que publica uno de los diarios más importantes a nivel internacional.
La portada de The Economist para 2026 —titulada The World Ahead 2026— ha vuelto a encender debates internacionales por su denso simbolismo. Publicada como la edición anual especial que anticipa tendencias globales, la ilustración presenta un collage visual cargado de misiles, símbolos tecnológicos, referencias médicas, balones de fútbol y un pastel que conmemora el 250.º aniversario de Estados Unidos, enmarcando así un mensaje doble: no se trata de un apocalipsis, sino de un mundo exhausto, lleno de urgencias y riesgos interconectados.
Desde su primer número en 1843 el semanario británico ha sido uno de los medios más influyentes en el análisis global de economía y política, con una tradición de textos y portadas que marcan agendas más allá de los círculos periodísticos. Publicado semanalmente desde Londres, The Economist combina análisis político y económico con una fuerte presencia internacional, y es leído por líderes políticos y empresariales en todo el mundo.
Este número especial, conocido como The World Ahead, es ya un referente para anticipar debates y escenarios del año venidero. Es la 40ª edición de este ejercicio prospectivo que, según su editor Tom Standage, busca explorar desafíos complejos como la reconfiguración de normas geopolíticas, el impacto de tecnologías emergentes y las tensiones económicas que podrían definir el rumbo global. Standage señaló que 2026 será “un año de incertidumbre” marcado por la influencia continuada de la administración Trump en la diplomacia y el comercio, los riesgos de una desaceleración económica y las consecuencias de la inteligencia artificial sobre mercados y sociedades.
Observadores internacionales interpretan la portada como un símbolo de la fragmentación del orden mundial contemporáneo: el pastel del 250º aniversario estadounidense no aparece festivo, sino envuelto en tensión política y social, lo que muchos analistas ven como una advertencia sobre el papel que seguirá jugando Estados Unidos en la escena global y los retos internos que enfrenta.
The World Ahead 2026 de The Economist no solo anticipa tendencias, actúa para muchos como un análisis profundo de los dilemas globales, invitando a gobiernos, empresas y ciudadanos a prepararse para un mundo donde los símbolos del desorden pueden transformar las narrativas dominantes.