
Los fragmentos no eran simples restos metálicos. En las playas de Tamaulipas comenzaron a aparecer tanques de más de dos toneladas, piezas de aluminio, caucho calcinado y estructuras similares a misiles. Venían del espacio, pero su origen tenía nombre y apellido: SpaceX.
La explosión del cohete Starship, lanzado el 27 de mayo de 2025 desde Boca Chica, Texas, provocó una lluvia de basura espacial sobre territorio mexicano. En Playa Bagdad, municipio de Matamoros, organizaciones ambientales y habitantes locales documentaron la llegada masiva de desechos. Lo que comenzó como una curiosidad tecnológica pronto se convirtió en un problema legal, ambiental y diplomático.
Este miércoles 23 de julio, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que los estudios técnicos ya concluyeron: sí hubo afectaciones a México por los restos del cohete de SpaceX. La Secretaría del Medio Ambiente, la Secretaría de Marina, la Agencia de Transformación Digital, Gobernación y Relaciones Exteriores participaron en la investigación. “Está prácticamente terminado el estudio. Lo vamos a presentar porque sí tiene afectaciones a nuestro país, y también implica una revisión jurídica”, declaró Sheinbaum durante su conferencia matutina.
Pero eso no es todo. El gobierno federal también analiza sanciones contra una plataforma marítima contratada por SpaceX, ubicada en el Golfo de México, la cual habría realizado operaciones sin los permisos necesarios.
El almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, titular de la Secretaría de Marina, reveló que una plataforma operó de forma irregular en el Golfo, frente a costas tamaulipecas. “Es una plataforma que contrató SpaceX para recuperar los restos. Tuvo internación en el país, pero no cumplió con los requisitos para trabajar y ya se retiró. Estamos revisando las sanciones”, afirmó el alto mando naval.
El gobierno mexicano revisa ahora acciones legales con base en la legislación marítima internacional y la Ley Federal del Mar, pues la plataforma habría ingresado a la zona económica exclusiva sin autorización plena y habría ejecutado trabajos relacionados con la recolección de escombros del cohete sin notificación formal.
Una amenaza real para la biodiversidad mexicana
Lo ocurrido no fue un hecho aislado. Desde el 1 de junio, miembros de la organización ambiental Conibio Global A.C. realizaron recorridos en Playa Bagdad, donde detectaron más de 40 kilómetros de costa contaminada por residuos espaciales. Algunos fragmentos tenían etiquetas y códigos que los vinculan directamente con SpaceX.
La preocupación crece porque la llegada de basura espacial coincidió con la temporada de anidación de tortugas lora, especie en peligro de extinción. Según ambientalistas, las crías podrían confundir fragmentos plásticos con alimento y morir por ingestión. Además, algunos restos habrían provocado pequeños incendios y vibraciones en viviendas cercanas, según testigos.
En total, se han contabilizado al menos 17 tanques metálicos, múltiples piezas de aluminio, caucho y restos de motores, varios de los cuales ya fueron entregados a autoridades federales como evidencia. La Secretaría de la Defensa Nacional incluso acordonó zonas de riesgo tras encontrar estructuras de gran tamaño similares a proyectiles.
¿Habrá demanda contra SpaceX?
Durante el mes de junio, Sheinbaum había anunciado que su administración valoraba interponer una demanda contra SpaceX por los daños ocasionados. Aunque no se había emitido ninguna resolución formal, la mandataria confirmó hoy que el estudio está por concluir y se hará público en breve.