Fausto Isidro Meza Flores, mejor conocido en el mundo criminal como “El Chapo Isidro”, habría estado a punto de ser capturado durante un intenso operativo federal desplegado por tierra y aire en Guasave, Sinaloa.
El trascendido apunta a que el legendario enemigo de Joaquín “El Chapo” Guzmán logró escapar minutos antes del enfrentamiento que dejó 13 delincuentes abatidos, 4 detenidos, y 9 personas liberadas que permanecían secuestradas en una vivienda de la comunidad de La Brecha.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, informó a través de sus redes sociales que el ataque se produjo poco después de las 12:45 horas, cuando personal del Gabinete de Seguridad fue emboscado por criminales armados ocultos bajo un puente. La respuesta inmediata derivó en el aseguramiento de 7 vehículos, armas largas, y equipo táctico. Todo fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la República. Sin embargo, detrás de los números oficiales comenzó a correr un rumor: que el objetivo real del operativo no era un grupo común de sicarios, sino Fausto Isidro Meza Flores, el hombre por el que el FBI ofrece 5 millones de dólares.
Un nombre que sobrevive a todos
Nacido en Guasave en 1982, Meza Flores se convirtió en una figura casi mitológica dentro del crimen organizado. Primero trabajó bajo la tutela de Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos; después, bajo las órdenes directas de los hermanos Beltrán Leyva. Fue su lealtad a esa familia la que llevó a enfrentarse con el imperio de Joaquín Guzmán Loera, cuando en 2008 estalló la ruptura entre los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa.
Desde entonces, El Chapo Isidro se convirtió en el enemigo histórico del capo que dominó el narcotráfico mexicano durante décadas.
Lejos de desaparecer tras la captura de Guzmán Loera, El Chapo Isidro consolidó su propio ejército: una facción llamada Los Mazatlecos, integrada por desertores del antiguo cartel del Pacífico, operadores de la sierra y sicarios provenientes de Los Mochis, Ahome y El Fuerte. Su método fue distinto: no aparecer, no hablar, no presumir. Así durante años evitó los reflectores que hundieron a otros. Su nombre no figuraba en corridos ni en redes; solo se escuchaba en voz baja, entre quienes sabían que seguía mandando.
El operativo
El 03 de noviembre, cuando el mediodía caía sobre el valle de Guasave, helicópteros sobrevolaron la zona rural de La Brecha. De acuerdo con los primeros reportes, un convoy de fuerzas federales realizaba patrullajes cuando fue atacado desde los márgenes del río. Los agentes respondieron con fuego, desatándose un enfrentamiento que se prolongó por más de una hora. La versión oficial habla de 13 agresores abatidos y cuatro detenidos, pero en redes sociales comenzó a circular que uno de los caídos podría ser escolta personal del propio Chapo Isidro. Ahí a plena luz del día, quedaron atrapados civiles inocentes que desesperadamente buscaban refugio.
Cuando el humo se disipó, los agentes encontraron a nueve personas secuestradas dentro de una bodega: cuatro hombres, tres mujeres y dos menores. Todos, por suerte, rescatados y liberados con vida.
El hombre detrás del mito
Desde su inclusión en la lista de los 10 fugitivos más buscados del FBI, El Chapo Isidro se convirtió en un fantasma. El gobierno de Estados Unidos lo acusa de liderar una red transnacional dedicada al tráfico de heroína, cocaína, metanfetamina y fentanilo. El Departamento del Tesoro lo identifica como cabeza visible de la Organización Meza-Flores, un cártel que opera en la franja norte de Sinaloa y que controla rutas hacia Sonora y Baja California.
Apenas en febrero, el FBI reiteró su recompensa: cinco millones de dólares por información que conduzca a su arresto. Las autoridades mexicanas, por su parte, lo han rastreado en más de una docena de ocasiones pero cada intento termina igual: sin resultados.
En 2012 se le ubicó en Navojoa; en 2018, en Los Mochis; en 2021, en Choix. Pero siempre lograba escapar. Sin embargo, esta vez en Guasave, las circunstancias fueron distintas simple y sencillamente porque los helicópteros del Ejército descendieron sobre rancherías controladas por su gente.
Entre la guerra y el reacomodo
El supuesto intento de captura ocurre en el contexto de una reconfiguración violenta del Cártel de Sinaloa, donde Los Chapitos y La Mayiza —la facción de los Zambada— se disputan el control tras la caída de Ismael El Mayo Zambada. En esa guerra, El Chapo Isidro ha encontrado su mejor momento.
De acuerdo con la periodista Anabel Hernández, el capo de Guasave ha aprovechado la división interna para conquistar territorios que durante años fueron impenetrables. “Ha tejido alianzas silenciosas y se está convirtiendo en el nuevo poder en el noroeste”, afirmó en su podcast Narcosistema.
Su alianza con Ismael Zambada Sicairos, ‘Mayito Flaco’, le ha permitido consolidar una ruta de trasiego que conecta el Pacífico con el desierto de Sonora. El enfrentamiento de Guasave, aseguran, podría ser consecuencia directa de esa expansión.
Y es que el gobierno mexicano ha incrementado la presión sobre grupos que controlan la zona costera, en respuesta a demandas de Washington por frenar el tráfico de fentanilo. De ahí que el nombre de El Chapo Isidro haya reaparecido en los informes de inteligencia después de meses de silencio.
El enemigo del “Chapo” Guzmán
Durante años, El Chapo Isidro fue el último rostro visible de la vieja resistencia de los Beltrán Leyva. El hombre que sobrevivió a las balas, a los pactos y a los años.
Hoy, en medio del derrumbe de Los Chapitos, su figura vuelve a levantarse... como si la historia hubiera decidido darle otra oportunidad.
En 2024, cuando drones cargados con explosivos atacaron la casa de doña Consuelo Loera, madre de Joaquín Guzmán, en La Tuna, Badiraguato, muchos pensaron que se trataba de un acto aislado o una venganza cualquiera.
Pero las investigaciones apuntaron más lejos.
Detrás del ataque —considerado una profanación dentro de los códigos del narcotráfico— analistas ubicaron a la gente de Meza Flores.
Un mensaje sin firma, pero con el sello de quien lleva años desafiando al clan Guzmán bajo el lema de que “la vieja guardia todavía manda”.
Esa sombra, que parecía haberse desvanecido entre las montañas del norte, volvió a hacerse visible tras el operativo de Guasave y aunque el gobierno federal no confirmó su presencia, varias fuentes dentro del gabinete de seguridad sostienen que el nombre de Fausto Isidro Meza Flores estaba en la orden.