
En Toluca… una escena tan absurda como real quedó registrada en las cámaras de un centro joyero: una mujer se tragó un anillo para robarlo.
El hecho ocurrió en un establecimiento del Centro Joyero de la capital mexiquense, donde la implicada fingió interés por varias piezas, pidió ver diferentes modelos y, en cuestión de segundos, aprovechó la distracción de la encargada para llevarse una de ellas... literalmente, a la boca.
La empleada, todavía incrédula, relató después que solo notó el faltante cuando revisó las bandejas:
“Esta señora fue a preguntar por varios anillos y cuando me distraje se lo metió a la boca”, denunció al difundir el video en redes sociales, donde pidió ayuda para identificarla.
Según la propia trabajadora, el gesto fue tan rápido que no alcanzó a reaccionar. “Al parecer se lo tragó porque siguió hablando bien… como si nada”, dijo.
El video muestra a la mujer conversando con naturalidad, mientras oculta el movimiento con las manos. En segundos, la joya desaparece. Fue la única manera en que la víctima comprobó el hurto.
En redes, la indignación fue inmediata. Cientos de usuarios comentaron el caso:
“Hasta dónde llegan con tal de llevarse las cosas. En lugar de buscar trabajo… ¡Holgazanas!”, escribió una usuaria.
Otro añadió: “Malditas mugrosas, ya ni disimulan. Si no es en el tres B, es en la joyería”.
Algunos otros recomendaron medidas de prevención: “Por seguridad, nunca mostrar más de dos exhibidores hasta que terminen de medirse las piezas”.
El hurto, aunque menor en monto, exhibe una forma cada vez más frecuente de robo en negocios del centro de Toluca, donde los comerciantes denuncian pérdidas y escasa presencia policial.
El caso recordó un episodio similar ocurrido en septiembre de 2021, cuando un hombre en Puebla utilizó la misma técnica: pidió varios anillos, esperó un descuido y, uno a uno, los fue tragando. En aquella ocasión, también fue captado por las cámaras, logró escapar y nunca fue detenido.
La dependencia encargada del Centro Joyero de Toluca señaló que se evalúan nuevas medidas de seguridad para evitar incidentes similares. Los locatarios, por su parte, difundieron la imagen de la responsable bajo el mote que le dio la vendedora: “Doña rata”.
Entre las vitrinas de cristal, el eco de la historia se repite… un anillo menos, una lección más para los comerciantes que, con esfuerzo, defienden su trabajo frente a la astucia —y el descaro— de los nuevos métodos del hurto.