
Todas las reformas electorales de este país se han construido a lo largo de meses de negociaciones… Y eso obedece a dos cuestiones fundamentales… La primera, hacer política se trata de lograr acuerdos… La segunda, porque el poder no dura para siempre… Si esos elementos se suprimen de la ecuación, entonces no hay política… Sino imposiciones… Por eso lo que está ocurriendo con la reforma electoral del Presidente es inaudito…
En este espacio lo dije… La reforma electoral es un bodrio… Y al salir de la Cámara de Diputados se confirmó… El mismo presidente López Obrador dijo en su mañanera del viernes pasado que “el duende hizo sus travesuras” porque el dictamen contenía muchos errores… Luego, el Senado se tuvo que poner a remendar la reforma… Y el proyecto que comenzó a circular esta semana contempla cerca de cien modificaciones… Pues ya mejor que “amarren al duende”...
Con la aprobación en Comisiones, hoy la reforma electoral subirá al pleno del Senado… Así, toda parchada, remendada, sostenida con alfileres que se pusieron en apenas unas horas… Y ahí será la hora de la verdad… Ahí veremos si nuestra democracia puede repeler este embate… O si por el contrario, habremos de acudir al funeral del INE tal y como lo conocemos… Y con ello, a un retroceso a la época del partido hegemónico… A la época del autoritarismo…