En México, la Austeridad por parte del gobierno es una promesa de la 4T que hasta la fecha sigue sin cumplirse. Recientemente la senadora Mariela Gutiérrez, integrante de Morena fue captada portando un reloj de lujo Hublot Big Bang One Click valuado en aproximadamente 400 mil pesos y otras prendas de marcas exclusivas, como una chamarra de diseño y una bolsa de alta gama. El caso reavivó críticas sobre posibles omisiones en su declaración patrimonial, ya que no habría reportado estos bienes ante las autoridades correspondientes.
Este episodio se enmarca en un contexto más amplio de cuestionamientos a figuras de Morena por mostrar un estilo de vida que algunos consideran contradictorio con los principios de austeridad que el partido proclama desde su fundación. En meses recientes, diversas publicaciones documentaron que varios funcionarios, legisladores y personas cercanas a la dirigencia morenista hicieron viajes exclusivos, se hospedaron en hoteles de alto costo y portaron bienes costosos, lo que generó frustración entre simpatizantes y críticos por la aparente desconexión entre el discurso político y su conducta pública.
Organizaciones ciudadanas y analistas políticos han señalado que estos casos pueden afectar la credibilidad del partido en un contexto de desigualdad social y pobreza persistente en México. Para muchos, la exposición de bienes y estilos de vida lujosos por parte de servidores públicos contrasta con la narrativa oficial de Morena de gobernar “con humildad” y “por el bien de todos, primero los pobres”.
Mientras tanto, la discusión sobre transparencia patrimonial y ética pública continúa, con llamados a reforzar la supervisión de bienes de funcionarios y legisladores para garantizar que sus declaraciones patrimoniales reflejen con veracidad sus activos, tal como lo exige la legislación mexicana en materia de transparencia y rendición de cuentas.