
Alejo Sánchez de Santiago volvió a ser tendencia, ahora por una caída en plena romería queretana; el episodio ocurre semanas después del escándalo por un reloj de lujo que exhibió en redes sociales.
La caminata avanzaba lenta por el empedrado del Cerro del Perdón cuando el presidente municipal de Tolimán, Alejo Sánchez de Santiago, tropezó y cayó de espaldas frente a cientos de peregrinos. El momento quedó grabado en video y, en cuestión de minutos, ya se había convertido en tema nacional.
Las imágenes muestran al edil, de 33 años, corriendo entre el pasillo de bienvenida de la tradicional peregrinación queretana hacia la Basílica de Guadalupe. A su alrededor, sombrerazos y empujones típicos de la romería. De pronto, un hombre con pants oscuros parece colocarle el pie. El alcalde tambalea, pierde el equilibrio y cae pesadamente sobre el pavimento.
No hubo lesiones graves, pero la escena impactó. Pocos peregrinos se acercaron a auxiliarlo. Fue su propio equipo quien corrió para levantarlo mientras la multitud seguía avanzando como si nada. Horas después, en redes sociales, el alcalde publicó una foto con el mensaje: “Ninguna agresión empañará nuestra devoción ni la unidad de quienes peregrinamos”.
El episodio llega en medio de una polémica que aún no termina. Apenas en junio, Sánchez había publicado en Facebook la imagen de un reloj metálico que, a simple vista, parecía un Rolex. “Un regalo especial de mis niños de primaria”, escribió entonces. Las críticas no se hicieron esperar. Usuarios y medios locales cuestionaron si un alcalde, en un municipio con altos índices de pobreza, debía presumir un accesorio valuado en más de 400 mil pesos.
Presionado, aclaró que no era un reloj de marca y que lo entregaría al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE). “Ni siquiera sé la marca”, dijo ante cámaras. Sin embargo, la disculpa no logró frenar la indignación. La revelación de que percibe un salario de 100 mil pesos brutos mensuales encendió aún más el debate. En Tolimán, muchas familias sobreviven con menos de 3 mil pesos al mes.
El contraste era inevitable. Un reloj que aparentaba lujo y un sueldo de seis cifras contra la realidad de una comunidad marcada por la escasez. Y ahora, una caída pública, en plena expresión de fe, captada en video desde todos los ángulos posibles.
El gobierno municipal, emanado del Partido Verde Ecologista de México, emitió un comunicado condenando la agresión y anunciando la revisión del material para identificar al responsable. Sin embargo, hasta ahora no se ha confirmado si se presentará una denuncia ante la Fiscalía estatal.
En la calle, la conversación es otra. “Un Rolex o no, ese reloj nos mostró lo lejos que está del pueblo”, comenta un vecino. Otros peregrinos aseguran que la caída fue intencional, un reflejo del rechazo que enfrenta el alcalde en su propio municipio.
Sánchez, con pasado en la reserva militar y experiencia en el sector privado, llegó al cargo en 2024 con un estilo que pronto se volvió polémico. Más atento a la autopromoción digital que al protocolo institucional, se convirtió en un personaje que divide: para algunos, un joven político cercano a la gente; para otros, un funcionario desconectado de la realidad de Tolimán.
Hoy, el reloj y la caída ya no son hechos aislados. Son parte de un mismo relato: el desgaste de una figura pública que confundió visibilidad con legitimidad. Y mientras se investiga quién le metió el pie en el Cerro del Perdón, la pregunta que queda en el aire es más profunda: ¿cuánto tiempo más podrá sostener su imagen ante una comunidad que lo mira con desconfianza?