De lo que no hay duda es de que el presidente López Obrador no puede ni debe irse satisfecho con los resultados que ofreció en materia de seguridad. Hay zonas del país, sobre todo en Chiapas y Sinaloa, virtualmente gobernadas por el crimen organizado. Éste ha sido el sexenio más violento de la historia. También aumentaron algunos delitos como la extorsión. Se vivió el proceso electoral más sangriento del que se tiene registro. Son éstos los “otros datos” que ni siquiera mil quinientas mañaneras podrán enterrar… Y son éstos los cerca de 200 mil muertos que los abrazos no fueron capaces de evitar.