La noche del 3 de mayo de 2021 quedó marcada en la memoria de la Ciudad de México como uno de los momentos más trágicos en la historia del sistema de transporte colectivo. Esa noche, un convoy colapsó entre las estaciones Olivos y Tezonco de la Línea 12 del Metro, dejando un saldo devastador de 26 personas fallecidas y casi un centenar de heridos. Tres años han pasado desde entonces, pero el dolor y la exigencia de justicia por parte de las víctimas y sus familiares permanecen intactas.
El colapso de la Línea 12 no solo representó una tragedia humana, sino también un punto de inflexión que reveló una serie de problemas estructurales y técnicos que aquejaban al sistema de transporte de la capital mexicana. Desde aquel fatídico evento, la búsqueda de responsables y la exigencia de una reparación adecuada han sido una constante en la lucha por la justicia.
Hasta la fecha, ninguna de las personas implicadas en el incidente ha enfrentado la justicia. Incluso, figuras clave como Leonardo Alacazár Pancardo, ex director responsable de la Línea 12, han fallecido sin que se les haya hecho rendir cuentas por su presunta responsabilidad en el colapso. Este hecho ha añadido una capa adicional de frustración y desesperanza para las víctimas y sus familiares, quienes continúan clamando por justicia.
En el proceso legal iniciado en 2021, solo 14 víctimas persisten en su búsqueda de justicia, negándose a cesar en su lucha por obtener castigo para los responsables, entre ellos, Enrique Horcacitas Manjarrez, ex director general del Proyecto Metro. Esta determinación refleja la fortaleza y la dignidad de aquellos que se niegan a ser olvidados en medio de la burocracia y la impunidad.
El jefe de Gobierno capitalino, Martí Batres, ha hecho un llamado constante a no lucrar con el dolor de las personas afectadas por esta tragedia. En diversas ocasiones, ha reiterado el compromiso del Gobierno de la Ciudad de México de brindar apoyo integral a todas las víctimas. Sin embargo, para muchos, estas palabras han quedado en el aire, mientras que la búsqueda de justicia continúa siendo una batalla cuesta arriba.
En su afán por obtener reparación y justicia, las víctimas han tenido que enfrentarse a un sistema legal que parece moverse a paso de tortuga. A pesar de los esfuerzos por llevar a los responsables ante la justicia, el proceso se ha estancado, dejando en el limbo las esperanzas de aquellos que buscan respuestas y rendición de cuentas.
Pide Martí Batres no lucrar con el dolor por la muerte de 26 personas en la #Línea12 del #MetroCDMX
— Manuel Lopez San Martin (@MLopezSanMartin) May 3, 2024
¿Y los responsables?
Ya pasaron 3 años y NO HAY ningún servidor público tras las rejas.
El caso sigue IMPUNE pic.twitter.com/STIu93RvxZ
Recordando los eventos que llevaron al colapso de la Línea 12 del Metro, es importante señalar que este no fue un incidente aislado, sino el resultado de una serie de problemas que se acumularon a lo largo del tiempo. Desde el año 2014, el tramo elevado donde ocurrió el accidente había experimentado problemas técnicos y estructurales que, aunque habían llevado a su cierre parcial, no se abordaron de manera adecuada.
El terremoto del 19 de septiembre de 2017 exacerbó aún más la situación, causando daños adicionales en la zona. A pesar de las reparaciones realizadas en aquel entonces, los residentes reportaron que los problemas persistieron durante años, evidenciando una falta de atención y mantenimiento por parte de las autoridades responsables.
La construcción de la Línea 12 del Metro estuvo plagada de controversias desde sus inicios. Presentada inicialmente como una línea subterránea, se vio obligada a operar tanto bajo tierra como en superficie debido a limitaciones presupuestales y de tiempo. Este cambio en el diseño y la implementación de trenes de ruedas de acero, en lugar de los trenes de neumáticos inicialmente previstos, fue señalado como una de las causas de la inestabilidad y los daños en las vías.
La responsabilidad por el colapso de la Línea 12 se extendió más allá de los límites del gobierno local, involucrando a empresas privadas y a figuras prominentes como Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo y propietario de Grupo Carso, una de las compañías responsables de la construcción del tramo colapsado. A pesar de las acusaciones y los señalamientos, la impunidad ha prevalecido, dejando a las víctimas en un estado de indefensión y desamparo.
A medida que el tiempo avanza, las esperanzas de obtener justicia para las víctimas del colapso de la Línea 12 del Metro se desvanecen lentamente. A pesar de los esfuerzos por mantener viva la memoria de aquellos que perdieron la vida en este trágico evento, la falta de avances significativos en el proceso legal ha generado un sentimiento de frustración y desilusión entre las víctimas y sus familiares.
El pasado 30 de enero, la Línea 12 del Metro volvió a abrir en su totalidad, un acontecimiento que, si bien marca un hito en la recuperación del sistema de transporte de la Ciudad de México, también sirve como un recordatorio sombrío de los errores y las negligencias que llevaron al colapso en primer lugar. Mientras la ciudad se esfuerza por seguir adelante, no podemos permitirnos olvidar a aquellos que perdieron la vida en este trágico suceso, ni abandonar la búsqueda de justicia en su nombre.
En memoria de las víctimas del colapso de la Línea 12 del Metro, y en solidaridad con aquellos que continúan luchando por obtener justicia, debemos mantener viva la llama del recuerdo y la exigencia de rendición de cuentas. Solo así podremos honrar adecuadamente su memoria y garantizar que tragedias como esta nunca vuelvan a repetirse en nuestra ciudad.