
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a sacudir a la industria farmacéutica mundial. Este jueves anunció que, a partir del 1 de octubre, todos los medicamentos de marca o patentados estarán sujetos a un arancel del 100 % si no se producen en territorio estadounidense. La medida, que se inscribe en su estrategia de presionar a las grandes compañías para que instalen plantas de manufactura dentro del país, amenaza con alterar la cadena global de suministro de medicamentos esenciales.
La advertencia de Trump
Trump había anticipado durante meses la posibilidad de gravar las importaciones de fármacos, que durante su primer mandato habían permanecido exentas de aranceles. Esta vez, concretó el anuncio en una publicación de Truth Social, donde precisó que solo estarán libres de los nuevos impuestos aquellos medicamentos cuyos fabricantes tengan instalaciones “en construcción” en Estados Unidos.
“‘En construcción’ se definirá como ‘inicio de obra’ o ‘en construcción’. Por lo tanto, no se aplicarán aranceles a estos productos farmacéuticos si la construcción ya ha comenzado”, escribió el mandatario.
El mensaje, aparentemente sencillo, dejó abiertas dudas sobre los plazos y el alcance real de la medida. Expertos advirtieron que poner en marcha nuevas plantas toma años, lo que hace incierto el impacto inmediato de los gravámenes.
Reacciones de la industria
La advertencia no pasó inadvertida. Empresas como Eli Lilly ya habían anunciado en días recientes inversiones millonarias para expandir su presencia en territorio estadounidense. Apenas esta semana, la farmacéutica confirmó que destinará 6,500 millones de dólares a una planta en Houston, además de otra por 5,000 millones en las afueras de Richmond, Virginia.
El lobby de la industria, Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA), alertó que la política puede poner en riesgo la misma inversión que presume fomentar. “Cada dólar gastado en aranceles es un dólar que no se puede invertir en la industria estadounidense ni en el desarrollo de tratamientos y curas futuras”, señaló Alex Schriver, vicepresidente sénior del organismo.
Analistas del sector coincidieron en que, aunque los grandes laboratorios ya cuentan con operaciones en Estados Unidos, el golpe podría recaer sobre fabricantes medianos o más pequeños, que carecen de infraestructura local suficiente para sortear las nuevas reglas.
Un mercado global
Los especialistas también remarcaron que, pese a las promesas de relocalización, la industria farmacéutica opera como una red global en la que ingredientes y medicamentos terminados se producen en distintos puntos del mundo.
La consultora Capital Economics advirtió que muchos importadores estadounidenses acumularon inventarios este año ante la expectativa de aranceles, lo que podría suavizar el efecto inmediato de la medida. Aun así, países con fuerte dependencia de las exportaciones hacia Estados Unidos, como los miembros de la Unión Europea, permanecerán atentos.
En julio, Trump ya había anunciado un arancel del 15 % a la mayoría de importaciones provenientes del bloque europeo, incluidos productos farmacéuticos, aunque entonces otorgó exenciones a los medicamentos genéricos.
Los genéricos, en la mira
El anuncio del jueves omitió cualquier referencia a los medicamentos genéricos. Expertos advierten que, de incluirse, el impacto sería crítico: se trata de un sector con márgenes de ganancia mucho más reducidos, que difícilmente podría absorber un arancel de esa magnitud.
India, uno de los principales proveedores de genéricos a Estados Unidos, podría salir relativamente indemne en la primera etapa. El país concentra casi el 47 % del suministro de productos farmacéuticos requeridos por el mercado estadounidense, pero en su mayoría son genéricos y muchas de sus compañías ya tienen plantas de producción o reenvasado dentro del territorio norteamericano.
“Es poco probable que el arancel propuesto tenga un impacto inmediato en las exportaciones indias, ya que la mayor parte de nuestra contribución radica en genéricos simples”, señaló Namit Joshi, presidente del Consejo de Promoción de Exportaciones Farmacéuticas de India.
Impacto económico y político
La administración Trump aún no ha publicado los resultados de su investigación sobre las implicaciones de las importaciones de medicamentos para la seguridad nacional, un estudio que podría sentar las bases para gravámenes más amplios en el sector. El mes pasado, en una entrevista con CNBC, el presidente ya había advertido que los aranceles podrían llegar hasta el 250 %, incrementándose con el tiempo.
Mientras tanto, analistas como Jared Holz, de Mizuho, consideran que el efecto inmediato del anuncio puede ser “entre nebuloso e insignificante”, dado que las principales compañías farmacéuticas ya operan o construyen instalaciones en Estados Unidos. Sin embargo, advierten que el golpe político y mediático es claro: Trump refuerza su narrativa de exigir producción nacional y de mostrarse como garante del acceso a medicamentos más baratos, aunque especialistas ponen en duda que esa promesa pueda cumplirse en el corto plazo.
Más gravámenes el mismo día
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El anuncio sobre los fármacos no llegó solo. Ese mismo jueves, Trump reveló aranceles del 50 % sobre gabinetes de cocina y tocadores de baño, del 30 % a muebles tapizados y del 25 % a camiones pesados fabricados fuera del país. Una ráfaga de medidas que exhibe la ofensiva comercial del presidente contra importaciones de sectores estratégicos y de consumo cotidiano.