
El gobierno de Estados Unidos confiscó bienes valuados en más de 700 millones de dólares pertenecientes al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, según anunció ayer la fiscal general especial Pam Bondi. La funcionaria calificó al régimen chavista como una estructura de crimen organizado, comparándola directamente con la mafia.
“Estamos hablando de una operación profundamente arraigada, incluso dentro del ejército venezolano”, afirmó Bondi durante una rueda de prensa.
De acuerdo con la cadena alemana Deutsche Welle, entre los activos incautados se encuentran dos aviones de lujo, múltiples propiedades, entre ellas una mansión en República Dominicana, residencias en Florida, una granja de caballos, nueve vehículos, además de millones de dólares en joyas y efectivo. Las autoridades estadounidenses se abstuvieron de revelar la ubicación exacta de las propiedades dentro de su territorio.
Estas confiscaciones forman parte de una ofensiva más amplia del gobierno estadounidense, que el pasado 7 de agosto duplicó a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro. El mandatario venezolano es investigado por presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa, y por su supuesto papel dentro del Cártel de los Soles, una red criminal integrada por altos mandos del chavismo y las fuerzas armadas.
Según el diario Miami Herald, un proceso judicial en curso en Nueva York indaga el rol de Maduro dentro de esta organización narcotraficante. Por su parte, la Agencia Antidrogas de EE. UU. (DEA) ha vinculado directamente al mandatario con el decomiso de 30 toneladas de cocaína, de las cuales al menos siete toneladas estarían directamente relacionadas con él y su círculo más cercano.
Estas acciones refuerzan la presión internacional sobre el gobierno venezolano, acusado de corrupción, violaciones a los derechos humanos y vínculos con el narcotráfico.