El 7 de octubre de 2024, el presidente Joe Biden y la primera dama, Jill Biden, participaron en una emotiva ceremonia en la Casa Blanca para conmemorar el aniversario de los ataques del grupo islamista Hamás contra Israel ocurridos un año antes. La ceremonia, celebrada en la sala azul de la Casa Blanca, estuvo marcada por el encendido de una vela yahrzeit, una tradición judía que honra la memoria de los fallecidos. Este acto fue oficiado por el rabino Aaron Alexander, de la Congregación Adas Israel, quien es amigo cercano de la familia de Hersh Goldberg-Polin, un ciudadano estadounidense-israelí que fue tomado como rehén por Hamás y cuyo cuerpo fue encontrado meses después en la Franja de Gaza.
A somber US President Joe Biden lit a candle at a Jewish ceremony of mourning to mark a year since Hamas's attacks on Israel, as he and Kamala Harris stepped up what have so far been futile calls for Mideast peace.https://t.co/4o0OmQq0M2 pic.twitter.com/JO6QdGsfhU
— AFP News Agency (@AFP) October 7, 2024
Recordando a las víctimas
El rabino Alexander dio inicio a la ceremonia con unas palabras de gratitud, reconociendo la importancia del apoyo de la comunidad internacional en este día trágico. "Gracias por estar con nosotros, por acompañar a nuestra comunidad en la conmemoración de este día devastador", expresó el rabino. Posteriormente, entonó la oración tradicional judía 'El Malei Rachamim', una plegaria recitada en ceremonias fúnebres y memoriales.
Durante su intervención, el rabino recordó los devastadores ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre de 2023, en los que murieron aproximadamente 1,200 personas, principalmente en kibutz del sur de Israel, y más de 250 personas fueron secuestradas. Al día de hoy, alrededor de 100 de esas personas continúan en cautiverio, mientras Israel ha intensificado su ofensiva en la Franja de Gaza, provocando casi 42,000 muertes en un conflicto que sigue escalando.
Encendido de la vela y oración por la paz
Después de la oración, el presidente Biden encendió la vela yahrzeit en memoria de todas las víctimas de los ataques. Este gesto simboliza el luto y la esperanza de que la luz prevalezca sobre la oscuridad del dolor y la violencia. El evento concluyó con un momento de silencio, durante el cual Biden, siendo el segundo presidente católico en la historia de los Estados Unidos, se santiguó en señal de respeto y reverencia.
Aunque Biden no pronunció un discurso en la ceremonia, previamente había emitido un comunicado reafirmando su compromiso con el derecho de Israel a defenderse ante los ataques terroristas de Hamás. En su declaración, el presidente subrayó que su gobierno sigue trabajando incansablemente para lograr un alto el fuego que permita la liberación de los rehenes y la restauración de la estabilidad en la región.
"Hoy y todos los días pienso en los rehenes y sus familias", escribió Biden, reiterando que su Administración "nunca se rendirá" en los esfuerzos por traer de vuelta a los aproximadamente 100 rehenes que aún permanecen en Gaza, entre ellos varios ciudadanos estadounidenses.
Un año de tensiones y diplomacia
Desde los ataques de Hamás en octubre de 2023, Biden ha trabajado activamente en la diplomacia con el objetivo de aliviar las tensiones entre Israel y Gaza. Un ejemplo de estos esfuerzos fue su visita a Israel poco después de los ataques, donde mostró su apoyo a Benjamín Netanyahu y discutió las acciones militares israelíes en Gaza. Además, ha estado colaborando con Qatar y Egipto para facilitar negociaciones que permitan el cese de las hostilidades y la liberación de los rehenes.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, el conflicto ha seguido escalando, con Israel extendiendo su ofensiva a otras zonas, como el sur del Líbano, donde ha atacado posiciones de Hezbolá. Estos bombardeos han sido dirigidos para debilitar a la organización chií, aliada de Irán, que también se ha visto envuelta en la confrontación. La intensificación de las acciones militares en la región ha complicado los esfuerzos para alcanzar un alto el fuego duradero.
Reflexiones y esperanza
La conmemoración en la Casa Blanca de las víctimas del 7 de octubre fue un recordatorio solemne de las consecuencias del conflicto en Oriente Medio. Con la participación de un líder religioso judío, Biden mostró su solidaridad con la comunidad judía y reafirmó su compromiso con la paz y la estabilidad en la región.
El encendido de la vela yahrzeit simbolizó un homenaje no solo a quienes perdieron la vida, sino también un llamado a la unidad y a la búsqueda de soluciones pacíficas para poner fin a la violencia. Mientras el conflicto sigue cobrando vidas, la esperanza de una resolución diplomática y humanitaria sigue siendo un objetivo central en la política exterior de la Administración Biden.
La ceremonia reflejó el deseo compartido de que, pese a las divisiones y desafíos actuales, el recuerdo de los fallecidos inspire esfuerzos renovados para construir un futuro más pacífico y seguro para todas las partes involucradas.