
Fue el pasado 19 de marzo cuando Antonio Juda Vidal Jaime, mejor conocido como “Toñito”, salió de su casa en la noche para jugar un rato a las maquinitas. El pequeño buscaba distraerse como cualquier niño después de la escuela.
El niño de tan solo 9 años de edad vivía en el municipio de Tenango del Valle, en el Estado de México. La última vez que se le vio con vida llevaba su uniforme escolar azul y blanco de la escuela primaria "Niños Héroes de Chapultepec".
La abuela del niño, Martha Pedraza, aseguró que antes de la desaparición, “Toñito” le aseguró que jugaría “maquinitas” a unos metros de su casa, eran 9:40 de la noche. Ya que dieron las 10:20 comenzó la preocupación… Pasaron las horas y no regresaba.
Algunas versiones apuntan a que pasadas las 11 de la noche, comenzaron a repicar las campanas de la iglesia para alertar a la comunidad de la desaparición del menor.
Tiempo después sus familiares acudieron con las autoridades para levantar la denuncia correspondiente.
Según los reportes de testigos, durante las jornadas, las personas revisaban las casas de los habitantes de la zona por donde se vio por última vez al menor. De acuerdo con la Secretaría de Seguridad del Estado de México, el 21 de marzo, cuando se acercaron a la vivienda de un sujeto, identificado como Mario “N”, el hombre se negó a que inspeccionaran su vivienda. Al notar este comportamiento sospechoso, los policías ingresaron, y encontraron el cuerpo del menor escondido en una cisterna. Pero lo que es más sorprendente es que este tipo llegó a fingir preocupación por la desaparición del niño, e incluso participó en las brigadas de búsqueda.