Con estas modificaciones se precisa que el matrimonio es la unión libre de dos personas, que tiene como objeto realizar una comunidad de vida, en la que los cónyuges se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua. Además, se ajusta en el cuerpo normativo lo relativo al marido y la mujer por personas cónyuges.
Al hacer uso de la voz, la diputada María Eugenia García Oliveros manifestó que el dictamen conlleva homologar la normativa local con la interpretación de la Suprema Corte de Justicia y con los criterios de convencionalidad internacional, al ampliar las oportunidades de felicidad para seres humanos con la sustitución del término hombre y mujer por personas.
Agregó que durante años un sector de la sociedad ha vivido bajo la sombra de la humillación, derechos ignorados, dignidad ofendida, identidad negada y con libertad reprimida, al invalidarse su forma de amar y la manera en la que formaban una familia, además de que los derechos conquistados son un reconocimiento a la valentía de colectivos y personas de la diversidad sexual y de género.
Finalmente, la legisladora externó la necesidad de reflexionar para lograr un ahorro de sufrimiento para sus miembros, junto a que los cambios no debilitan la institución del matrimonio, sino que se fortalece para permitir que más personas aspiren a ello y que se ordenen sus vidas bajo las normas de respeto, igualdad y ayuda mutua.
Al hablar en contra del dictamen, la congresista Susana Bermúdez Cano indicó que estaba convencida de que las propuestas que hoy se plantean no fortalecen el marco jurídico y tampoco atienden realmente a las necesidades de las y los guanajuatenses.
En ese sentido, explicó que el Código Civil estatal no contiene disposiciones discriminatorias, que se ha señalado que la definición actual de matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer es discriminatoria, pero que no estaba de acuerdo, ya que la norma civil en el estado no excluía, sancionaba ni limitaba derechos civiles por motivos de orientación sexual.
Remarcó que presentar la reforma como si el Código Civil fuera un instrumento de discriminación no solo era impreciso sino también injusto con la historia legal del estado con su evolución y con el trabajo serio que el Congreso ha construido a lo largo de los años.
“Hoy me mantengo firme en mi voto en contra, porque estoy convencida de que el Código Civil de Guanajuato no es discriminatorio, ya garantiza trato igualitario, sin necesidad de alterar instituciones que cumplen funciones esenciales en nuestro contexto social”, finalizó.
En su intervención, el diputado Jorge Arturo Espadas Galván expresó que todas las personas y seres humanos desde la concepción hasta la muerte natural son iguales en dignidad y que se les deben reconocer todos sus derechos sin excepciones, por lo que cada voto que se realice en el tema debe ser respetado.
Añadió que es trascendental no partir de la descalificación de que quien piensa diferente está equivocado, por lo que el voto del partido parlamentario que representa será diferenciado y tomado a conciencia y con responsabilidad.
Por su parte, la legisladora Karol Jared González Márquez señaló que se estudió desde diferentes ámbitos la propuesta, tanto en lo legal, lo ético como lo psicológico, y ello los llevó a ciertas conclusiones.
Remarcó que se consideraba el sentido preciso de las palabras porque las palabras importan, dijo. Agregó que, en cuanto a la etimología, la palabra matrimonio viene del latín matrimonium, que deriva de mater (madre) y así es que el contexto lingüístico viene detrás siempre de las palabras.