Fuentes federales confirmaron a medios locales lo que desde la noche del sábado se rumoraba en los pasillos de seguridad: el joven que asesinó a Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, se llamaba Osvaldo Gutiérrez Velázquez, tenía apenas 17 o 18 años, y en el bajo mundo se le conocía como “El Cuate”.
Era originario de Apatzingán, la misma ciudad donde, dicen, aprendió a disparar y a esconderse. La misma donde se forjó una generación entera de jóvenes reclutados por las células más violentas del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El cuerpo de Osvaldo sigue bajo custodia de la Fiscalía de Michoacán. Nadie lo ha reclamado. Nadie ha preguntado por él. En la morgue, un número de expediente reemplaza su nombre.
Las autoridades federales lo vinculan con Omar Farías Chávez, alias “El Prángana” o “El Fénix”, un operador de confianza del CJNG en Tierra Caliente, ligado a la familia Álvarez Ayala, un clan que durante años mezcló política y crimen. Roldán Álvarez —exalcalde de Apatzingán y detenido en el llamado Michoacanazo de 2007— fue uno de los suyos. Los otros dos hermanos, Rafael y Ramón, fueron capturados por incendiar carreteras bajo las órdenes de El Mencho. De ese entorno viene “El Cuate”.
Los investigadores reconstruyeron el último día de su vida. A las 16:00 horas, se hospedó en un pequeño hotel del centro de Uruapan, a tres cuadras de la Plaza Morelos. Compró una botella de agua y un encendedor en una tienda de conveniencia. En las cámaras aparece con una camiseta negra, el cabello corto, la mirada fija.
Dos horas después, ya vestía una sudadera blanca con capucha. Caminaba entre la multitud que esperaba el Festival de las Velas, el mismo evento donde Carlos Manzo encabezaba el encendido simbólico de ofrendas. Eran las 20:10 cuando el joven se abrió paso entre la gente, sacó el arma y disparó siete veces. No dijo nada.
El ruido de los balazos se confundió con los gritos. Los escoltas del alcalde respondieron de inmediato. El atacante cayó abatido junto a una jardinera, con la capucha todavía puesta. El arma —una pistola calibre 9 mm— fue asegurada en el sitio. La Fiscalía confirmó que había sido usada en dos homicidios previos en la zona de Tierra Caliente.
Peritos forenses hallaron residuos de pólvora en ambas manos y rastros de metanfetamina y marihuana en su organismo. Los análisis del rodizonato de sodio confirmaron lo que todos sabían: disparó, y lo hizo a quemarropa.
La identidad de “El Cuate” emergió de los cruces de información entre las bases del Gabinete de Seguridad y la FGE. Su nombre aparecía ligado a una célula juvenil asociada al CJNG, un grupo usado para trabajos “rápidos”: intimidar, vigilar, matar y desaparecer.
Pero los investigadores federales creen que no actuó solo. Hay al menos dos cómplices bajo la mira. Uno de ellos habría sido quien lo transportó hasta la plaza y lo esperó en una motocicleta. Otro, quien presuntamente coordinó el ataque desde Apatzingán. Ninguno ha sido detenido.
En su comunidad natal, pocos lo recuerdan. Algunos dicen que dejó la escuela a los quince años. Otros que se fue “al monte” con un primo que trabajaba para El Prángana. Lo cierto es que su nombre hoy está marcado en la historia como el del joven que mató a un alcalde a plena luz de las velas.
El crimen de Carlos Manzo Rodríguez no fue un hecho aislado. Fue un mensaje. Un recordatorio de que la violencia sigue siendo la forma en que el poder criminal impone su ley en Michoacán. Y que, incluso muerto, el alcalde sigue desafiando a quienes controlan el miedo.
En las calles de Uruapan aún se respira el olor del copal y la pólvora. En la plaza, frente al altar que la gente improvisó, alguien escribió con marcador negro sobre una cartulina blanca:
“Carlos no murió, lo mató el silencio.”
Sin embargo, de manera oficial todavía no existe una confirmación, incluso la presidenta Claudia Sheinbaum en su conferencia matutina de este martes expresamente comentó:
"Todavía no está identificado, ayer lo dijo el fiscal del estado y todavía no está identificado. Había ayer varias noticias de que ya había sido identificado y aún no ha sido identificado".