
La camioneta avanzaba por la carretera federal Puebla-Perote cuando, de pronto, dos vehículos le cerraron el paso. Una camioneta frente a ellos… otra por detrás. No hubo forma de maniobrar. Eran cerca de las dos de la madrugada del sábado 14 de junio, y el grupo musical “Los CumbiOsos” regresaba de una presentación en Tepeaca, Puebla, rumbo a su natal Xalapa.
Lo que siguió fue una escena de miedo. Sujetos armados bajaron de las unidades y, sin mediar palabra, obligaron a los músicos a descender. Los encañonaron. Los condujeron por un camino entre el monte. Los revisaron uno a uno. Los despojaron de todo.
Instrumentos musicales. Micrófonos. Mezcladoras. Ropa. Dinero. Celulares. Y también… las máscaras. Esas que han convertido a los CumbiOsos en una agrupación única, reconocible en escenarios y fiestas por su propuesta divertida, irreverente y tropical.
“Abogué por que nos dejaran las máscaras… les dije que no tenían valor económico, que eran parte de nuestro vestuario… pero no accedieron”, narró el vocalista y líder del grupo, conocido artísticamente como Xalapanda, en un video publicado horas después en las redes oficiales de la banda.
Según su testimonio, el conductor —quien manejaba una camioneta rentada— logró mantener la calma, incluso cuando los agresores intentaron cerrar también el paso a un segundo vehículo que circulaba por la misma vía. Ninguno de los integrantes resultó herido, aunque una de las músicas fue golpeada al intentar ocultar su teléfono móvil entre la ropa.
“No nos quitaron la camioneta… pero se llevaron prácticamente todo lo demás”, lamentó Xalapanda en su mensaje. “Nos revisaron de pies a cabeza y nos quitaron el dinero que habíamos ganado honradamente en el evento”.
La lista de objetos robados es larga. En un comunicado oficial, el grupo enumeró las pérdidas: un par de congas LP, timbales, una torala, platillos, teclados Yamaha y Casio, un keytar, un acordeón, saxofón, trompeta, trombón, mezcladora Peavey, sistemas inalámbricos de micrófonos Shure, bajo, pedestales, micrófonos para batería, cables, bases de teclado, bocina JBL One Compact, y más.
El equipo audiovisual también fue saqueado: el camarógrafo perdió una cámara profesional, un estabilizador, una cámara de acción DJI, un iPhone y todos los accesorios para la cobertura visual de sus presentaciones.
El conductor, por su parte, perdió cerca de 4 mil 800 pesos en efectivo y su teléfono celular.
Además del costo económico —que ya se calcula en cientos de miles de pesos—, el golpe emocional ha sido profundo. “Estamos tristes, sí… pero también agradecidos de estar vivos”, expresó el vocalista en un tono pausado. “Vamos a seguir trabajando. Este proyecto no se detiene”.