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KISS dio uno de los espectáculos más impresionantes del Festival Domination México 2019, en el que cerró un día donde convivieron con éxito bandas de Heavy Metal, Thrash, Black, Punk, Power y un largo, pero muy largo etcétera.
¡Acá te traemos todos los detalles!
Avatar fue la banda que más público reunió en el escenario Claro del festival domination su metal exportada desde Suecia era una deuda pendiente de nuestro país pues la banda nunca había tenido la oportunidad de visitarnos y el Domination les brindó esta oportunidad que aprovecharon totalmente con un concierto lleno de rabia lleno de actuación lleno de drama lleno de potencia y uno de una técnica increíble y claro algo sumamente apasionante lo que pasó en el escenario claro es indescriptible fue una mezcla de amor con rudeza fueron abrazos pero también fueron puñetazos fueron caricias pero también puñaladas todavía no sé distinguir lo que siento Lo único que quiero es que avatar regrese una y otra vez a nuestro país como si se tratara de una festividad arte de la idiosincrasia de los mexicanos metaleros.
Mención honorífica a las bandas mexicanas Annapura, Endless, Koltdown, Anna Fiori y Joliette, quienes demostraron que en México también se puede hacer música de calidad mundial.
El black metal estuvo representado por dos bandas que responden al nombre de Bloodbath y Meshuggah. Los primeros nos visitaron por vez primera y dejaron un gran sabor de boca, pues no importaron los pequeños problemas de su ingeniero de sonido, la tocada fue digna de los verdaderos dioses. Los segundos, por su parte, llegaron con un increíble montaje de escenografía, luces y visuales que complementó su excelente ejecución instrumental.
Sin duda, la tarde se la llevaron los estadounidenses de Municipal Waste con una demostración poderosísima de Thrash Metal en el escenario Evolution. La explanada se llenó de puros moshpit de intensidad mortal mientras las bocinas del lugar maltrataban tus oídos con muchísima potencia. Aunque sólo fueron 45 minutos, para muchos fueron los mejores de sus vidas.
Dos de las agrupaciones más esperadas, Limp Bizkit y Slash, Miles Kennedy & The Conspirators, cumplieron con aparecer en las tarimas, pero no trajeron nada épico. Los primeros utilizaron un épico karaoke en las pantallas del festival para que toda la gente cantara sus rolas y aún así, las voces no eran tan estruendosas como debieron. Los segundos, ni siquiera convocaron tanta gente como se esperaba. A lo mucho unas cinco mil personas se acercaron a ver con gusto el espectáculo, mientras los demás esperaban a la banda estelar.
Pero lo que pasó en el escenario Headbanger's con Hammerfall está en otra galaxia. La banda oriunda de Suecia atascó la explanada con oleadas de fanáticos al Heavy Metal que se dieron grasa con clásicos del género como 'Hearts On Fire'.
Aunque la mayoría demostraba en su mirada, en postura y hasta en su forma de hablar que estaban muertos en vida, bien borrachos o tremendamente triste por lo que estaba por comenzar, siempre se puede dar un último esfuerzo por KISS.
La banda salió entre fuegos artificiales y plataformas que colgaban por los aires. Es cierto, la banda no vino con toda la producción de su gira, pero hicieron lo mejor en sus manos para darnos una tocada a la altura.
Durante la tocada de más de de dos horas pudimos escuchar grandes clásicos como Detroit Rock City, 'Heavens on fire', 'Psycho Circus', '100,000 years', 'I was made for lovin' you' y, claro, 'Black Diamond' y 'rock and roll all nite'.
El espectáculo fue conformado, en su mayoría, por un impresionante juego de cañones de fuego, pero también plataformas levadizas, sin olvidar el carisma de los miembros de la banda que lo mismo te ponen a competir a gritos, te hacen corear sus nombres como dioses vanidosos, se vientan varios solos de un grado técnico espectacular, bailan, tocan al revés, tocan por debajo de sus piernas, manejan antorchas de fuego, escupen sangre y hasta vuelan por los aires. Bueno, esta vez falló la tirolesa, así que no querían arriesgar el físico de Paul Stanley, pero seguro hubiera estado de lujo.
Sin duda los vamos a extrañar en el mundo del entretenimiento, pues la industria musical no sería la misma si jamás hubieran irrumpido en la escena mundial. Esperamos verlos de nueva vuelta por la CDMX, en un concierto en solitario y con la envergadura que merecen tanto ellos como nosotros, para darles una despedida digna de campeones.
Hasta siempre, KISS.