El empresario Carlos Slim volvió a insistir al Gobierno Federal a que el país destine al menos 25% del Producto Interno Bruto (PIB) a la inversión pública. Esta propuesta no es nueva, pues ya la había expuesto durante su conferencia anual de 2025 y fue retomada nuevamente en diciembre, en un evento al que asistieron el secretario de Hacienda, Édgar Amador, y la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja.
Ante ambos funcionarios, Carlos Slim dijo que alcanzar de manera sostenida ese nivel de inversión permitiría transformar de fondo las condiciones económicas del país. Afirmó que superar el umbral del 25% anual no solo aceleraría el crecimiento económico, sino que también se reflejaría en un incremento del ingreso de la población.
Slim ya había planteado en febrero que ese nivel de inversión sería clave para detonar el desarrollo, generar más empleo y elevar la calidad de vida de los sectores sociales con menores recursos.
Su llamado contrasta con los bajos niveles de inversión pública en México. Según datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador la inversión pública reportada por la Secretaría de Hacienda promedió 4.0% del PIB.
De acuerdo con el director general editorial de El Financiero, Enrique Quintana, en América Latina, Brasil invierte alrededor del 18 por ciento de su PIB y Chile cerca del 23 o 24 por ciento. Con esos niveles, sus crecimientos promedio en los últimos nueve años han sido mediocres: 1.3 por ciento en Brasil, 1.9 en Chile y 1.2 en México.
Las proyecciones oficiales para 2025-2030 anticipan una reducción hasta 2.8%. Para 2026, la inversión pública ascendería a 1.26 billones de pesos, equivalente a 3.2% del PIB.
Además, más del 42% de esos recursos se concentraría en Pemex, CFE, el Tren Maya y los nuevos proyectos ferroviarios, una distribución que, de acuerdo con el CIEP, limita el margen para impulsar otros sectores estratégicos.