Son las 2 de la tarde con 45 minutos del 11 de marzo del 2011 en un día común y corriente al noreste de Japón. La tierra comienza a agitarse violentamente, como nunca antes. Se trata de un terremoto que no cesa de azotar violentamente a la isla durante 6 minutos.
La devastación es inimaginable. 9.1 grados en la escala de Richter han hecho que Japón entre en alerta máxima por el sismo y por los tsunamis causados por el mismo. Es el cuarto terremoto más intenso del cual se tiene registro. 19,759 personas han perdido la vida. Entre los fallecidos están el padre y el abuelo de Roki, un niño beisbolista de apenas 10 años. Su madres, sus hermanos y él han sufrido la devastación.
No tienen casa, no tienen a donde ir. Solamente les queda ir a un asilo de ancianos.
Un año después, en 2012, Roki y su familia se mudaron a la ciudad de Ofunato. Ese salto de ciudad y el inicio en una nueva escuela detonaron algo en el niño que acariciaba ya la adolescencia.
A sus 12 Roki Sasaki, tras una tragedia inimaginable, inició su carrera en el beisbol semi profesional. De inmediato llamó la atención. Tanto así que le apodaron "El Monstruo de la Era Reiwa". Rompió el récord de la bola rápida de las secundarias de Japón establecido por nada más y nada menos que el ídolo japonés Shohei Othani, 163 kilómetros por hora… en secundaria.
Tras dominar a nivel escolar, Sasaki dió el salto a lo profesional. Desde Estados Unidos ya lo veían como un gran prospecto y, algunos, esperaban que emigrara para iniciar su desarrollo en el mejor beisbol del mundo. Sin embargo, se quedó en Japón, cerca de su gente.
En el 2019 firmó su primer contrato profesional con el Chiba Lotte Marines. Le quedó chica la liga japonesa. Rompió varios récords de Shohei Othani. Cimbró el beisbol de su nación.
Claro que las comparaciones son odiosas pero, dado el deslumbramiento que ha causado Othani en el mundo del deporte, Sasaki se perfila como la siguiente gran joya japonesa. Los ojos del mundo beisbolero esperan con ansías al siguiente gran beisbolista de un país que se ha vuelto nido de talentos dominantes.
Roki Sasaki está a punto de convertirse en jugador de las Grandes Ligas. Los Dodgers, justamente donde juega su compatriota Shohei, son los más cercanos a quedarse con su talento.
De una pérdida irreparable a ser el beisbolista más codiciado del planeta, no cabe duda que la historia de Roki Sasaki tiene toda la esencia del pueblo japonés: levantarse de las cenizas para reescribir su propia historia.