
Tenía cuatro meses de edad y hace quince días había encontrado una familia… Roberto, de once años, rescató ese perrito de otras personas que no lo querían porque tenía un problema en el ojo… Y convenció a su mamá Lucía de adoptarlo… Pero el domingo, Scooby fue víctima de una atrocidad… Un hombre llamado Sergio lo tomó y lo arrojó a un cazo con aceite hirviendo… Lo último que escuchó Roberto de Scooby fue su quejido… Pero no pudo hacer nada más para ayudarlo… No hay palabras que alcancen para describir esta crueldad, pero algo es claro: esta barbarie merece justicia… Scooby y su familia son de Tecámac, Estado de México… Y al igual que otros perritos que tienen, Scooby acompañaba a Roberto a hacer mandados… El domingo pasado, la señora Lucía mandó a su hijo a la carnicería y el perrito lo acompañaba… Por un momento, el niño perdió al animal y cuando escuchó un fuerte quejido, pensó que otros perros habían atacado a Scooby… Corrió de vuelta a la carnicería y sólo pudo ver a su mascota siendo sacada del cazo con aceite… Y de inmediato volvió a casa… Imaginen el trauma de ese pequeño, el dolor de haber visto eso y contarlo a su mamá… Resulta que el hombre que asesinó con brutalidad a Scooby, se llama Sergio “N” y era policía en activo de la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México… Oscar Ávila, el dueño de la carnicería en la que el perrito murió, dijo que Sergio lo había amenazado con un cuchillo y con un arma de fuego… Y que al salir del negocio le dijo que para demostrar que sus amenazas no eran un juego viera lo que le haría al perro… Aunque otra versión de los hechos señala que Sergio fue a reclamarle a Oscar por presuntamente acosar a su esposa… Luego lo habría amenazado y al salir arrojó a Scooby al aceite…