
Movimiento Ciudadano ha tomado una de las tácticas más aventuradas que se ha visto en la política contemporánea. Una especie de harakiri político que sin embargo, lo mantiene con vida y no sólo eso, han decidido entrar de lleno al juego de la narrativa con un estilo que confronta a la 4-T, pero desde un lugar distinto al del resto de la oposición. Movimiento Ciudadano ha dado un salto sin ver el 2023 y su lucha por el 2024 ha comenzado. En medio de todo esto hay un tema que no podemos perder de vista. Lo que hizo Movimiento Ciudadano es una especie de harakiri político, decide que no jugará bajo un argumento sumamente delicado: ambas elecciones están pactadas. Morena se quedará con el Estado de México y el PRI con Coahuila y Movimiento Ciudadano decide que no entrará en la contienda para no ser cómplice de una disputa inexistente. Como los samuráis del antiguo Japón, Movimiento Ciudadano parece infringirse daño por cuestiones de honor. ¿QUIÉN CACHA VOTOS EN EDOMEX? | EDITORIAL DE ADELA MICHA.