El Vaticano lanzó una señal clara sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) en relación con la infancia. Durante varios pronunciamientos y foros recientes, el Papa León XIV advirtió sobre las consecuencias éticas, neurológicas y espirituales que la IA puede tener en los menores y pidió una vigilancia activa para que la tecnología sirva al bien humano, y no se convierta en un factor de vulnerabilidad.
En un mensaje dirigido a un congreso internacional “IA y Medicina: el desafío de la dignidad humana” (celebrado del 10 al 12 de noviembre en Roma), el Pontífice subrayó que:
“Cuanto más frágil es la vida humana, mayor es la responsabilidad de quienes la atienden —ya sea de persona a persona o a través de la tecnología.”
Y añadió que los niños, al acceder a información y algoritmos desde edades tempranas, pueden confundir acceso a datos con inteligencia auténtica, pasando por alto otras dimensiones humanas fundamentales
En el marco del foro “Builders AI Forum 2025” celebrado en la Pontificia Universidad Gregoriana, el Papa reclamó que toda innovación tecnológica respete los valores de justicia, solidaridad y dignidad humana.
“No se trata solo de lo que la IA puede hacer, sino de quiénes nos estamos convirtiendo a través de ella.”
Además, recordó que el hecho de que él haya tomado el nombre León XIV no fue casual: hace referencia a Papa León XIII, quien en plena revolución industrial puso el acento en los derechos laborales y humanos, y que hoy esa misma lógica debe aplicarse a la era de la IA.
Desarrollo cognitivo y emocional: el Papa advierte que los menores expuestos masivamente a algoritmos podrían ver afectada su maduración, al depender de estímulos automatizados en lugar de relaciones humanas auténticas. Detección temprana de riesgos: los algoritmos que supervisan hábitos, preferencias o conductas de los jóvenes pueden reforzar dinámicas de vigilancia, consumo o manipulación sin que haya conciencia plena de ello.
Diseño tecnológico responsable: se plantea la necesidad de que desarrolladores, educadores y familias participen activamente en definir cómo, cuándo y con qué propósito los menores interactúan con herramientas de IA.
Marco educativo y comunitario: más allá de los dispositivos, la Iglesia propone recuperar la dimensión relacional, la formación de la persona y el sentido de comunidad como contrapeso a una tecnología que “puede parecer omnipresente, pero no sustituye lo humano”.
El Papa León XIV no solo ve la IA como una herramienta de oportunidad, sino también como un reto moral y social, especialmente cuando se trata de menores. Su llamado es claro: que la tecnología esté al servicio del ser humano, y no al revés. Para las familias, educadores y líderes comunitarios, la invitación es a no delegar la formación del niño o joven íntegro exclusivamente a las pantallas o algoritmos, sino a reforzar el vínculo humano, la ética del cuidado y la libertad consciente.