
En su talk show “El martes del Jaguar” la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, o como ya se le conoce, la Señorita Layda, exhibió, otra vez, audios filtrados atribuidos a Alejandro Moreno donde habla de pagos en efectivo a directivos de una televisora y agregó que “Alito” tenía en su poder fotografías íntimas de legisladoras priistas. Quiero detenerme aquí para recalcar que lo que hizo la gobernadora es violencia de género. Revelar que esas imágenes existen criminaliza a las mujeres. Si una persona da su consentimiento para enviar esa clase de fotos y luego son distribuidas sin que ella lo sepa, es una víctima. Punto. Si se trata de una mujer, es peor, pero si quien la revictimiza es otra mujer, entonces estamos frente a una vileza. Por mas que se trate de una adversaria política, estamos hablando de mujeres. En un país como este, no podemos aplastar la dignidad de las mujeres entre nosotras mismas. Y si lo hacemos, es porque no entendemos nuestro papel en el mundo. Nos subyugamos al varón. A quien ostenta el poder en Palacio Nacional. Y eso envilece a la mujer que lo hace. Eso te envilece Layda. Te empobrece como mujer y como ser humano. No se trata de adversarios. Se trata de mujeres, como tú y como yo; y como tus dos hijas. Entre mujeres no debiera de existir fanatismos ni dogmas. Aunque por esos dogmas y fanatismos, llegaste a la gubernatura de Campeche…