
De maestro rural a capo del narco: México entrega a “La Tuta” a Estados Unidos
El traslado de 26 reos peligrosos incluyó a Servando Gómez Martínez, exlíder de La Familia Michoacana y fundador de Los Caballeros Templarios, cuya historia comenzó en las aulas de Michoacán y terminó en la cúpula del crimen organizado.
En la pista de una base aérea mexicana, bajo un operativo blindado, un grupo de 26 internos fue escoltado hasta un avión de fuselaje blanco. Entre ellos iba Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, un hombre cuya vida transitó de la docencia rural a encabezar uno de los cárteles más violentos del país. Era 12 de agosto de 2025 y su nombre volvía a encabezar titulares.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana confirmó que la entrega se hizo en coordinación con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. El compromiso fue explícito: ninguno de los acusados enfrentará la pena de muerte. La Embajada estadounidense en México lo describió como “un hito significativo” en la cooperación bilateral, un movimiento que sigue al operativo de principios de año, cuando fueron trasladados 29 fugitivos de alto perfil.
El maestro de Arteaga
Nacido el 6 de febrero de 1966 en Arteaga, Michoacán, Gómez se graduó de la Escuela Normal local y se convirtió en maestro de primaria en comunidades de la región. Vestía sandalias, saludaba a todos por su nombre y, según vecinos, ayudaba a familias con dinero para comida o consultas médicas. En ese tiempo, nadie imaginaba que “El Profe” —como lo llamaban— acabaría en la lista de los criminales más buscados del país.
A inicios de los años 2000, la sombra de Los Zetas comenzó a extenderse sobre Michoacán. Los caminos rurales y las cabeceras municipales empezaron a sentir la presión de un grupo que avanzaba con violencia calculada. En medio de ese ambiente tenso nació La Familia Michoacana, encabezada por Nazario Moreno González, “El Chayo”, un líder que mezclaba discursos religiosos con tácticas de guerra.
Fue entonces cuando Servando Gómez Martínez decidió dar el salto. Al principio, su papel fue discreto, moviéndose como operador en la región, conociendo rutas y tejiendo contactos. Pero su carácter extrovertido y su facilidad para hablar en público lo empujaron pronto a otro nivel: el de portavoz visible de la organización, defendiendo su supuesta “misión” de protección comunitaria y buscando, con habilidad política, aliados dentro y fuera del estado.
El salto a Los Caballeros Templarios
Tras la disolución de La Familia, Gómez fue uno de los fundadores de Los Caballeros Templarios, junto a El Chayo, Jesús Méndez “El Chango”, Enrique Plancarte “El Kike” y Dionisio Loya “El Tío”. El grupo, con un código interno de 24 páginas, se presentaba como una orden con “propósito divino” y prohibiciones estrictas para sus miembros: no consumir drogas, no robar, no matar sin autorización.
En la práctica, extendieron el tráfico de metanfetaminas, marihuana y cocaína, así como el cobro de cuotas a mineras, agrícolas, comerciantes y transportistas. Su control se afianzó en Tierra Caliente, Jalisco y Colima.
El capo mediático
A diferencia de otros líderes criminales, La Tuta no se escondía del todo. Publicaba videos, concedía entrevistas y aparecía en grabaciones con funcionarios y empresarios. Justificaba su actividad criminal como “un mal necesario” ante la ausencia de Estado de derecho y denunciaba supuestos pactos entre autoridades y rivales.
Su visibilidad lo volvió un objetivo prioritario del gobierno federal, especialmente después de la emboscada y asesinato de 12 policías federales en Arteaga en 2009. Por él se ofrecía una recompensa de 30 millones de pesos.
La captura
El 27 de febrero de 2015, tras meses de seguimiento, elementos federales irrumpieron en una casa de seguridad en Morelia. Lo detuvieron sin disparos, junto a otros ocho hombres armados con fusiles y un lanzagranadas. Fue trasladado al penal de máxima seguridad del Altiplano, donde comenzó a cumplir condenas que, sumadas, superaban el siglo de prisión:
- 55 años por secuestro
- 47 años y 6 meses por delincuencia organizada y delitos contra la salud
- La DEA lo describió como el líder de “una de las redes criminales más crueles y violentas del mundo”
Un expediente marcado por política y violencia
Documentos de la extinta PGR lo describen como fanático del esoterismo, estratega político y operador de campañas para desacreditar a adversarios. Su nombre apareció en grabaciones con el diputado César Godoy y en un video con un presunto emisario de la entonces senadora María Luisa Calderón, hecho negado por el PAN.
Incluso, informes oficiales señalan que ordenaba asesinatos basándose en lecturas de cartas de tarot y que apostaba en peleas de gallos, pese a estar prohibidas en varios estados.
El nuevo proceso en Estados Unidos
Diez años después de su captura, Gómez fue uno de los trasladados a Estados Unidos en un operativo coordinado que incluyó a miembros del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación. En tribunales estadounidenses enfrentará cargos por narcotráfico, crimen organizado, lavado de dinero y homicidio.
Para el gobierno mexicano, la entrega envía un mensaje directo: los capos de alto perfil no podrán usar el territorio nacional como escudo. Para “La Tuta”, marca el inicio de un proceso judicial que podría sellar, de forma definitiva, el final de su carrera criminal.