
Ante esto, Jon Piechowski, subsecretario de Estado Adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, mencionó que los sectores energéticos y las economías de ambos países se encuentran muy conectados, detallando que el sector privado se encuentra preocupado, sin embargo “respetamos la soberanía mexicana y el proceso por el que está pasando México en estos momentos”.
Con 68 votos a favor y 58 en contra, luego de más de cinco horas de discusión en el pleno del Senado, ha sido aprobada la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador con la cual se busca propulsar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), poniendo en primer lugar sus plantas hidroeléctricas, seguidas por la nuclear, geotérmicas y termoeléctricas. Las eólicas y solares de inversionistas privados han quedado antes de las de ciclo combinado de particulares, las cuales se encuentran en último lugar.
Con esto, la Comisión Reguladora de Energía invalidará permisos de autoabastecimiento que sean obtenidos mediante “fraude a la ley”, de igual manera se revisaran los Contratos de Compromiso de Capacidad de Generación de Energía Eléctrica y Compraventa de Energía Eléctrica de productores independientes con la finalidad de garantizar su legalidad así como el cumplimiento del requisito de rentabilidad.
Los senadores de oposición han acusado a Morena y al presidente de violaciones a la ley, así como el derecho de los mexicanos a un ambiente limpio y de exponer al Estado al pago de indemnizaciones costosas que se prevé que interpongan los inversionistas que se muestren inconformes ante los cambios.