
Alex Villanueva, Sheriff del condado de Los Ángeles, mencionó que las indagaciones sobre el accidente que dejó a Woods con su pierna derecha rota llegaron a su fin, sin embargo, puntualizó que no se divulgará información a menos que el deportista decline a su derecho a la privacidad.
Se determinó una causa, se concluyó la investigación. Hay algunos problemas de privacidad al divulgar información, les preguntaremos (a Woods y su personal) si renuncian a la privacidad. Entonces así podremos hacer una publicación completa”, detalló Villanueva.
Asimismo, trascendió que los investigadores no buscaron una orden judicial para tomar muestras de sangre a Woods, con estas se hubiera podido determinar si había consumido drogas y alcohol; pues como se recordará, en 2017 Tiger se internó voluntariamente en una clínica para combatir el consumo de fármacos que requieren de receta médica para adquirirse.
En un inicio se mencionó que Woods no enfrentaba cargos por conducción imprudente, de igual manera, se señaló que no existían evidencias de que este hubiera consumido alcohol o alguna otra sustancia, por lo que describieron el suceso como “puramente un accidente”.
El martes 23 de febrero el deportista de 45 años sufrió graves lesiones luego de que su Genesis GV80 saliera de la carretera y volcara en repetidas ocasiones en la localidad de Ranchos Palos Verdes, por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para reparar la parte inferior de la pierna derecha. Tiger Woods recibió el alta médica tres semanas después, por ahora continúa con su recuperación en casa.