Más allá de los argumentos a favor o en contra, lo que llama la atención es la enorme contradicción por parte de la izquierda, que, históricamente, luchó y denunció la militarización, y que, ahora, pretende no sólo mantenerla, sino incrementarla. Durante años, el mismo López Obrador criticó ferozmente la guerra contra el narco impulsada por el expresidente Felipe Calderón. Y, durante años, también, prometió que regresaría al Ejército a sus cuarteles. Sin embargo, tan pronto asumió la presidencia, no sólo no cumplió su palabra, sino que le asignó al Ejército tareas que antes les correspondían a civiles, como el proyecto del Tren Maya, la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles de Santa Lucía, el control de diversos aeropuertos, la administración de la seguridad de puertos y aduanas, entre muchas otras. Ahora, además, le entregará los más de 130 mil elementos y los casi 600 cuarteles y unidades habitacionales que le pertenecen a la Guardia Nacional.