
A ocho meses de haber dejado el poder, Andrés Manuel López Obrador reapareció en público. Fue este domingo 1 de junio, en Palenque, Chiapas. A las 11 de la mañana, el expresidente acudió a emitir su voto en la casilla especial ubicada frente al palacio municipal. Lo hizo sin escoltas visibles, pero con un “acordeón” en mano donde llevaba anotados los nombres de quienes eligió para ocupar los cargos judiciales. Votó en silencio, sin actos de campaña, en la elección que él mismo propuso e impulsó durante su mandato.
Desde octubre de 2024, López Obrador había permanecido alejado de la vida pública, recluido en su rancho “La Chingada”. Según sus propias palabras, esta fue apenas la tercera ocasión en que sale desde que concluyó su sexenio. “Es la primera vez en la historia que el pueblo elige directamente a jueces, magistrados y ministros. Por eso quise participar”, declaró brevemente ante medios locales.
El expresidente se limitó a hacer fila, esperar su turno y ejercer su derecho al voto como cualquier ciudadano. Dijo sentirse satisfecho por vivir en un país libre y democrático, y cerró su intervención con una frase que marcó su reaparición: “Tenemos a la mejor presidenta del mundo: Claudia Sheinbaum”.
La escena tuvo un fuerte valor simbólico. AMLO reapareció justo en el estado que eligió como refugio, y en medio de una jornada marcada por la baja participación ciudadana, la complejidad de las boletas judiciales y los señalamientos sobre el posible riesgo de intervención del crimen organizado en los comicios. Factores que, en su momento, el propio López Obrador denunció repetidamente desde Palacio Nacional.
Durante su sexenio (2018–2024), fue uno de los principales críticos del Poder Judicial. Acusó a ministros y jueces de actuar con privilegios, proteger intereses particulares y fallar a favor de presuntos delincuentes. La elección celebrada este 1 de junio fue resultado directo de su reforma: un cambio constitucional que permitió, por primera vez, la elección directa de integrantes del Poder Judicial de la Federación.
La última gran ofensiva política del expresidente quedó marcada el 15 de septiembre de 2024, cuando firmó el decreto de reforma judicial junto a Claudia Sheinbaum, entonces presidenta electa. “Nunca más un Poder Judicial lejano al pueblo”, escribió en redes sociales. Esa jornada fue su último acto oficial antes del retiro.
Este domingo volvió para cerrar ese ciclo. Participó como ciudadano en el mismo proceso que diseñó como mandatario.
López Obrador también confirmó que está escribiendo un nuevo libro. Aseguró que la obra estará dedicada a la “grandeza cultural de México” y que podría publicarse a finales de 2025. No dio más detalles, pero dijo estar entusiasmado con el proyecto.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum votó en la casilla ubicada sobre la calle Moneda, justo al lado de Palacio Nacional. Acudió junto a su esposo, Jesús María Tarriba, y tras emitir su voto exclamó: “¡Viva la democracia!”. Su participación fue rápida y sin discurso, pero acompañada por decenas de personas que la esperaban a las afueras del recinto.
Ambos votos, el de López Obrador en Chiapas y el de Sheinbaum en la capital del país, ocurrieron en el mismo día. Una jornada que no solo abrió un nuevo capítulo en la historia judicial de México, sino que también marcó el regreso, aunque breve, de uno de los personajes centrales de la política nacional del siglo XXI.