
Después de semanas en silencio, el expresidente Andrés Manuel López Obrador reapareció.
Y no fue en cualquier momento. Fue hoy, justo el día de la elección judicial. ¿Casualidad?
AMLO estuvo tras bambalinas unos cuantos meses, dejándole el reflector a la presidenta Claudia Sheinbaum. Pero justo cuando millones de mexicanos están frente a la urna, decide reaparecer. ¿Qué mensaje quiere mandar? ¿A quién busca mover?Porque esto no es nuevo: AMLO sabe jugar con los tiempos. Y si bien su imagen sigue siendo potente en ciertos sectores, lo que sorprende es el oportunismo del momento. ¿Volvió para reforzar el voto popular? ¿Para empujar la narrativa de la 4T? ¿O para recordarle a su base que aún manda, aunque ya no gobierne?
Nadie se lo pidió, pero ahí está. Como si le doliera ceder el espacio. Como si no aguantara el vacío de poder. Como si aún necesitara dejar claro que, aunque oficialmente no está en la boleta, él sigue en campaña
La pregunta no es por qué volvió hoy. La pregunta es por qué no volvió antes. ¿Dónde estaba cuando asesinaron a funcionarias? ¿Dónde estuvo durante el caos de las boletas mal diseñadas? ¿Dónde estuvo cuando Estados Unidos denunció vínculos del narco con la política mexicana?
Volvió hoy. Cuando ya no puede dar explicaciones. Pero sí puede mover emociones.AMLO no está acostumbrado al silencio. Y su silencio, hasta hoy, fue estruendoso. Igual que su reaparición.