La famosa “megafarmacia” es el quinto intento de la Cuarta Transformación por hacer algo básico… Garantizar medicinas para los enfermos… Pero a dos semanas de haber sido inaugurada, es evidente que se trata de un enorme fracaso… No hay una manera amable de decirlo… A los enfermos de este país, el Presidente más humanista les volvió a ver la cara… A este Gobierno le llevó años aceptar que había un problema con el abasto de medicamentos… Y cuando por fin lo hizo, trató de remediarlo de diversas formas, todas muy torpes, pues el tema no ha quedado resuelto… Primero, el Presidente retiró los contratos a las farmacéuticas, alegando que había corrupción, entonces la Secretaría de Hacienda tomó el asunto, pero se dieron cuenta que no era un tema fácil… Entonces vino un sistema de compras a través de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos… Un fracaso absoluto… Se pasó la bolita al Instituto de Salud para el Bienestar, que ya ni existe y cuya respuesta para acabar con el desabasto también fracasó… Fue así que llegó la idea de la “megafarmacia”… Luego de decenas de marchas, cierres vehiculares, denuncias de recetas incompletas, familias pidiendo prestado para poder aliviar a uno de los suyos… Y millones y millones de pesos gastados… Así es como llegamos hasta el quinto intento de la 4-T por solucionar el desabasto… Con bombo y platillo el pasado 29 de diciembre, el Presidente inauguró la “megafarmacia” en Huehuetoca, Estado de México… Una bodega con capacidad de resguardar 286 millones de piezas de medicamentos, pero ¿saben con cuántas abrió? Solo con 15 mil piezas… 15 mil… El compromiso del Presidente es que este lugar concentraría las medicinas y luego si a algún paciente le faltaban, las recibiría en un máximo 48 horas en su domicilio… Cosa que no ha ocurrido…