
La oscuridad de la madrugada fue interrumpida por los gritos de un hombre que, entre llanto y desesperación, clamaba por ayuda. “¡Me van asaltando!”, se le escucha gritar, mientras acelera el tráiler que conduce, intentando evadir a dos camionetas que lo acorralan en plena autopista México–Puebla, a la altura de San Martín Texmelucan. Todo quedó registrado en un video breve pero estremecedor, que se viralizó en cuestión de horas.
El intento de asalto ocurrió poco después de pasar las casetas de cobro de San Martín Texmelucan, en dirección a Puebla capital. En la grabación —hecha por el propio operador desde su cabina— se observan los movimientos erráticos del vehículo, mientras el hombre trata de evitar que lo intercepten. Su voz se entrecorta entre gritos de pánico y súplicas, mientras detonaciones de arma de fuego se escuchan de fondo.
Según su testimonio, al menos dos camionetas, una de batea y otra cerrada, lo rodearon repentinamente. Desde el interior de esos vehículos descendieron hombres armados que comenzaron a disparar para obligarlo a detenerse. El operador no frenó. En su desesperación, embistió una de las unidades que lo bloqueaban y continuó su marcha a toda velocidad.
Aunque no hay parte oficial de las autoridades sobre este hecho, la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla confirmó que analiza el video viral para ubicar el lugar exacto del ataque e intentar identificar a los responsables.
El ataque al trailero no es un caso aislado. Se suma a una larga serie de hechos violentos registrados en la autopista México–Puebla, una de las más transitadas del país, y también una de las más temidas por los transportistas.
Tan solo el pasado 3 de junio, otro operador fue baleado en el hombro durante un intento de asalto en el mismo tramo carretero. El hombre conducía un tractocamión de la empresa “Aguilares” cuando fue interceptado por presuntos delincuentes. Dos disparos atravesaron el parabrisas; uno lo alcanzó. A pesar de la herida, logró conducir hasta la caseta de San Martín Texmelucan para pedir ayuda.
Su relato posterior indignó a colegas y usuarios: en lugar de ser auxiliado, la Guardia Nacional le impuso una multa, omitiendo el hecho de que acababa de sobrevivir a un atentado. La denuncia pública expuso el abandono institucional que muchos transportistas enfrentan al recorrer rutas de alto riesgo.
La viralización del video también reavivó la preocupación por Armando García Flores, un trailero de 46 años que desapareció el pasado 13 de junio. Salió desde la Ciudad de México con destino a Veracruz, transportando línea blanca. Su última localización fue a tan solo dos kilómetros de la caseta de San Martín Texmelucan, el mismo sitio donde han ocurrido los más recientes ataques.
Su tráiler apareció días después en Chachapa, municipio de Amozoc, sin carga y sin rastro del conductor. Desde entonces, su familia lo busca incansablemente. Su hermana Ximena ha compartido que Armando era un hombre precavido: sabía que no debía resistirse a los asaltos, porque conocía de cerca lo que esos criminales eran capaces de hacer.
“No era la primera vez que lo agredían”, narró. En una ocasión anterior, fue secuestrado, amarrado y abandonado en la sierra. Aun así, siempre volvió al volante: conducir era su forma de vida.
Ese mismo día, otro trailero apodado “Bartolo” desapareció en el segundo piso de la misma autopista. Fue localizado días después, sin vida, en Acajete, Puebla.
La comunidad de operadores de carga está consternada. Las imágenes del reciente intento de asalto han sido descritas como “una escena de terror en carretera”. Para quienes recorren esa vía diariamente, el video no solo es un testimonio de violencia, sino una advertencia constante de que el siguiente podría ser cualquiera de ellos.
Organizaciones de transporte y sindicatos han exigido mayor presencia de la Guardia Nacional, operativos constantes, vigilancia aérea y terrestre, y protocolo urgente para atender denuncias y agresiones en tramos carreteros de alto riesgo.
La autopista México–Puebla conecta a dos de los principales polos logísticos del país, y su tráfico de mercancías es vital para la cadena de suministro nacional. Sin embargo, la constante actividad criminal, sumada a la impunidad, ha convertido esa vía en un punto rojo para el transporte de carga.
Hasta el momento, el conductor que grabó su escape se encuentra a salvo, aunque visiblemente afectado por la experiencia. Su voz, quebrada por el miedo, ha resonado con fuerza en redes sociales. “¡Me están asaltando, ayúdenme!”, grita mientras el video capta los disparos y su aceleración desesperada.
A pesar del impacto viral del caso, ninguna autoridad ha informado sobre la detención de los agresores, ni sobre operativos posteriores para blindar la zona. La falta de respuesta formal no solo aumenta la sensación de abandono, sino que confirma lo que los choferes vienen denunciando desde hace años: las carreteras no son seguras… y los asaltos, balaceras y desapariciones se han vuelto parte de su jornada laboral.
Desde los parabrisas perforados hasta los silencios que deja una cabina vacía, cada historia documentada revela una misma urgencia: que el Estado actúe con contundencia antes de que el siguiente grito de auxilio no alcance a escucharse.