
5 de marzo del 2025, Papantla, Veracruz.
Esperanza García, es pastora de un templo en el Barrio San Juan. La mujer de 36 años edad, se disponía a realizar actividades de limpieza, cuando descubrió un paquete blanco con un sello mal pegado.
Le llamó la atención, pensaba que alguien había olvidado algún objeto, o que simplemente lo dejaron. Esperanza se acercó, vio de cerca el paquete y decidió abrirlo. La mujer manipuló el envoltorio que no traía alguna tarjeta con el nombre del destinatario. Al interior de la pequeña caja de cartón había un perfume, el cual solo decía que era una fragancia natural.
Esperanza no sabía que ese día le cambiaría la vida…
Al ver el pequeño contenedor de color morado y turquesa, lo abrió y accionó el aspersor para oler la fragancia. Sin embargo, esta acción activaría un mecanismo para detonar el artefacto, era una bomba.
Poco después llegaron los paramédicos a la calle Montes de Sión. Observaron a Esperanza y le brindaron el auxilio correspondiente. De acuerdo con medios locales, las heridas fueron demasiado graves, por lo que el personal no tuvo otra opción más que amputar una de sus manos.
9 de marzo del 2025, Papantla, Veracruz.
Cuatro días después, un joven de 25 años recibió un paquete similar en su casa. Era el mismo objeto. Una pequeña caja de cartón con una envoltura algo mal hecha y con una etiqueta sobrepuesta.
Le llamó la atención y por supuesto que abrió el paquete. En su interior había de igual manera, una botellita de color morado y turquesa, la cual decía que era una fragancia natural. Segundos después de abrir el envoltorio y oprimir el aspersor, el perfume explotó, causándole graves heridas en las manos.
El muchacho solicitó los servicios de emergencia por la misma razón, una supuesto perfume convertido en una bomba.
En el estado de Veracruz comenzó el pánico y las autoridades se preocuparon. Por estos hechos decidieron lanzar una alerta a los ciudadanos.