La fortuna de la diva del Cine de Oro mexicano despierta intriga tras su fallecimiento a los 93 años
La muerte de Silvia Pinal, legendaria actriz del Cine de Oro mexicano, el pasado 28 de noviembre, marcó el fin de una era para el mundo del espectáculo en México. A sus 93 años, la también productora dejó un legado artístico inigualable y una fortuna millonaria que ahora es motivo de expectación. Entre propiedades, negocios y valiosas obras de arte, su patrimonio asciende a más de mil millones de pesos, según estimaciones.
El testamento de Pinal, preparado desde hace varios años, determinará cómo se repartirán sus bienes entre sus herederos. Aunque los detalles exactos se conocerán tras su lectura oficial, diversas fuentes han especulado sobre la distribución de la herencia, señalando como principales beneficiarios a sus hijos y nietos.
A lo largo de más de siete décadas de carrera, Silvia Pinal acumuló una fortuna que refleja su éxito y visión empresarial. Entre los bienes más destacados se encuentran:
La mansión en Jardines del Pedregal, un ícono arquitectónico diseñado por Manuel Rosen, valuado en 65 millones de pesos. La propiedad incluye una alberca olímpica y amplias áreas verdes.
El Teatro Silvia Pinal, un espacio cultural en la Ciudad de México que lleva su nombre y es reconocido por su contribución al teatro mexicano.
Un retrato de Diego Rivera, obra invaluable del muralista mexicano, actualmente en comodato en el Museo Dolores Olmedo, con un valor estimado de 60 millones de pesos.
Negocios de estacionamientos, con 20 unidades en la Ciudad de México que generan ingresos mensuales cercanos a los 9 millones de pesos.
La diva del cine mexicano dejó como principales herederos a sus tres hijos: Sylvia Pasquel, Alejandra Guzmán y Luis Enrique Guzmán. También se considera a sus nietas y bisnietas, quienes podrían asumir roles estratégicos en la administración de los bienes.
Sylvia Pasquel, su hija mayor, estaría destinada a heredar el Teatro Silvia Pinal. Además, podría desempeñar un papel clave en la gestión de otros negocios familiares.
Luis Enrique Guzmán, el único hijo varón, sería el beneficiario de la mansión de Jardines del Pedregal y el valioso retrato de Diego Rivera. Sin embargo, algunos reportes sugieren que este inmueble podría ser para Alejandra Guzmán.
Alejandra Guzmán, ícono del rock en español, heredaría las cuentas bancarias y otros activos financieros, además de asumir un papel protagónico en la conservación del legado de su madre.
Stephanie Salas, nieta de Pinal, junto con sus hijas, Michelle Salas y Camila Valero, recibirían el negocio de estacionamientos, uno de los activos más rentables de la familia.
Frida Sofía, hija de Alejandra Guzmán, también estaría contemplada, aunque su relación distante con la familia podría influir en su participación en la herencia.
A pesar de las declaraciones públicas de armonía entre los herederos, rumores apuntan a conflictos previos en torno a la herencia. En 2022, Sylvia Pasquel fue señalada por presuntamente tomar objetos de la casa de su madre, lo que provocó tensiones con su hermano Luis Enrique. No obstante, Pasquel negó cualquier interés económico en la fortuna de Pinal, argumentando que siempre ha sido autosuficiente.
Otro punto de controversia es la designación del albacea del testamento. Inicialmente, Pinal habría confiado esta responsabilidad a su amiga Tina Galindo, quien falleció en 2024, dejando un vacío. Fuentes cercanas a la familia señalan a Rafael Herrerías, amigo de la actriz, como un posible sucesor.
Más allá de su riqueza, el verdadero legado de Silvia Pinal radica en su contribución al cine, la televisión y el teatro en México. Como una de las figuras más emblemáticas del espectáculo, su influencia perdura en las generaciones actuales y futuras. Sus hijos y nietos, muchos de ellos también dedicados al mundo artístico, representan la continuidad de una dinastía marcada por el talento y el éxito.
Con la lectura del testamento aún pendiente, el desenlace sobre la repartición de su herencia será el último acto en la vida de una estrella que brilló tanto dentro como fuera de los escenarios. Mientras tanto, el público y la industria cultural mexicana continúan rindiendo homenaje a una mujer que dejó una huella imborrable en la historia del país.