La culpa no es de nosotras, ni de cómo íbamos vestidas, ni de si salimos de fiesta ni de si habíamos tomado o no. La culpa es de un país feminicida. La culpa no fue de Debanhi Escoba, ni de Paola Andrea Bañuelos ni de las miles de mujeres que son asesinadas cada año en México. Karla Patricia fue asesinada mientras trabajaba.
No me cansaré nunca de repetir que, en México, se matan en promedio a diez mujeres cada día… Y, por si fuera poco, el 95% de los casos queda impune. La culpa es de los hombres que siguen matando mujeres… Y de un sistema de justicia que, muchas veces, privilegia la impunidad.