“Mañana, desde ese palacio, nos va a volver a recetar un dizque informe. ¿Pero pues qué carajos irá a informar?”, dijo con el Palacio Nacional de fondo.
“No tiene nada que presumir. Ni en seguridad, ni en economía, ni en salud o educación, y tampoco en combate a la corrupción. Si vemos objetivamente, una por una, las pro- mesas de López Obrador desde su campaña hasta hoy, la conclusión es bien simple: no ha cumplido”, asevera Anaya.
Hizo un recuento de algunas de las promesas más repetidas de López Obrador, empezando por la de que “Si Morena estuviese gobernando, la gasolina no costaría 14 pesos, costaría 10 pesos el litro”. Anaya acude a una gasolinería de Pemex para constatar que la realidad hoy es muy distinta, pues la gasolina no cuesta 10 ni 14 pesos, sino más de 20.
Lo mismo sucedió con el “compromiso” de López Obrador de bajar el precio de la luz y el gas. Respecto a su lema de “primero los pobres”, Anaya cita los datos del Coneval, según los cuales hoy tenemos 10 millones de personas más en situación de pobreza.
Igualmente recuerda que en vez de “pacificar al país”, este “se perfila como el sexenio más violento de nuestra historia reciente”. También resultó mentira que íbamos a crecer al 4%, pues “aún antes de la pandemia hubo crecimiento cero, y con la pandemia decrecimos -8.5.
En cuanto a tener “un sistema de salud como el que tienen en Dinamarca”, el Coneval reportó que el 60% de los mexicanos no tiene acceso a los servicios de salud. “Y todos sabemos del desabasto de medicinas. ¡Qué Dinamarca ni qué ocho cuartos!”, reclama.
Por último, hace hincapié en que “si algo dijo mil veces el presidente, es que iba a acabar con la corrupción”. Lo que tampoco se ha cumplido, y como ejemplo cita “los contratos de Felipa, el dinero de Pío, las casas de Bartlett y las de Irma Eréndira Sandoval.
“Promesas incumplidas, mentiras y destrucción, aunque lo disfracen de transformación. No es la cuarta transformación. Es una destrucción de cuarta”, resume Anaya, y hace un llamado a que “el gobierno se haga cargo de sus torpezas y enderece el rumbo”.
“México sí puede renacer. México sí puede ser un país donde haya paz, concordia, orden y progreso. Eso es lo que la gran mayoría queremos”, concluye Anaya.