La Suprema Corte es uno de esas instituciones donde los ciudadanos pocas veces tenemos la oportunidad de asomarnos para ver cómo operan… Pero lo que pasó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el sábado expuso una serie de grietas importantes… La más relevante de ellas es que la ministra Loretta Ortiz le ha dado la espalda al presidente López Obrador en un asunto que es de máxima importancia para él, pero mucho más para los mexicanos… La reforma para elegir a los ministros por voto popular… Con la llegada de la ministra Norma Piña a la presidencia de la Corte, López Obrador arreció los ataques contra el Poder Judicial… Cada asunto que ha llegado a las manos de algún ministro y ha sido resuelto en sentido contrario a la brújula de Palacio Nacional ha desatado la furia presidencial… Conservadores, ministros al servicio de la oligarquía, corruptos, salinistas, retrógradas son solo algunos de los insultos que se han ganado las y los ministros con sus votos y sentencias… Un día sí y el otro también el máximo tribunal del país queda convertido en un saco de boxeo… El Presidente ha dicho que su última jugada contra la Corte será promover una reforma para que las y los ministros sean designados mediante el voto ciudadano… Académicos y juristas destacados que incluso en este espacio he entrevistado, como Pedro Salazar, Francisco Burgoa, Javier Martín Reyes y hasta el ministro en retiro José Ramón Cossío han coincidido en los peligros de una reforma de ese calado… Pero el sábado por primera vez a ese coro de voces expertas se unió la ministra Loretta Ortiz, quien con sus acciones parecía estar firme a defender todos los caprichos de Palacio Nacional… Pero durante un panel en la FIL dijo que los abogados que requiere la Corte deben tener un perfil específico y ese perfil no se puede alcanzar en las urnas, siendo electos…