Con 64 años cumplidos y en medio de una batalla a muerte con Morena por la encuesta que perdió, Marcelo Ebrard cierra de momento la puerta a Movimiento Ciudadano y anuncia que va por la creación de “Movimiento Progresista”... Esta es sin duda la jugada más osada en la carrera política de Ebrard, pero es también la que más refleja las enseñanzas de López Obrador… Cuando los resultados no les favorecen, buscan torcer las reglas o de plano crear su propio juego… Sin embargo, entre Ebrard y López Obrador hay un abismo de historia y legitimidad de distancia… Como si fuera un deja vú del 2012, Ebrard sigue los pasos de su mentor cuando rompió con el PRD… De hecho, el excanciller ha elegido como nombre “Movimiento Progresista”... Así también se llamaba la coalición del PRD, PT y Movimiento Ciudadano que López Obrador abandonó también un mes de septiembre, pero de hace 11 años… Quizá Ebrard piensa que está siguiendo los pasos de una fórmula exitosa, pero olvida un factor clave, él no es Andrés Manuel López Obrador… Desde el jueves pasado Ebrard comenzó a labrar su ruta de salida, pero se ha enredado de tal forma que ahora parece que hace malabares con dos fuegos… Por un lado dice que ya no tiene espacio en el partido, que la encuesta estuvo viciada y amañada… Y demanda a la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena la reposición de todo el proceso cuando desde el día uno la Cuarta Transformación cerró sus filas con Claudia Sheinbaum y lo ignoraron… En su anuncio de ayer remató diciendo, como si tuviera el poder de dar ultimátums, que o le resuelven el asunto o se va del partido… Sin embargo, en esa misma conferencia de ayer dijo que a partir del 18 de septiembre consolidará su movimiento político nacional… Este llamado “Movimiento Progresista”... Y recorrerá el país para encontrarse con sus simpatizantes y la gente que lo apoya… Exactamente lo que no hizo de forma efectiva durante su gira como corcholata presidencial y ahí la raíz de su fracaso… En este momento la postura de Marcelo Ebrard sabe a capricho… Y ya es momento de poner sobre la mesa una pregunta que no se ha querido decir en voz alta con el tono que se necesita… Y si quien hubiera ganado la encuesta hubiera sido un hombre, ¿Marcelo Ebrard tendría la misma postura?... Imposible saberlo, pero el cuestionamiento en un país donde la política siempre ha sido cosa de hombres es imprescindible…