
El hallazgo fue el sábado. No hubo operativo, ni vigilancia previa, ni personal oficial en el terreno.
Fueron los propios familiares —los que siguen buscando por su cuenta— quienes localizaron restos humanos en un paraje boscoso del Mirador de Topilejo, en la alcaldía Tlalpan, al sur de la Ciudad de México.
Los fragmentos estaban a nivel de superficie, entre ramas, tierra suelta y hojas secas. Según el testimonio de los presentes, no hubo que excavar. Fue durante una caminata breve, como parte de un recorrido organizado por el colectivo, cuando notaron lo que parecía una parte de cráneo y otros restos óseos. Al confirmar que se trataba de material humano, dieron aviso inmediato a las autoridades.
La Fiscalía capitalina acudió al sitio. Desde ese momento, la zona quedó acordonada y bajo custodia.
Peritos en campo hicieron una primera inspección, aunque hasta ahora no hay información oficial sobre cuántas personas podrían estar involucradas ni el tiempo que llevarían ahí los restos.
Los huesos fueron levantados para su análisis en el Instituto de Ciencias Forenses. El procedimiento tomará días. No se ha establecido sexo, edad ni posible causa de muerte.
No es la primera vez que los colectivos acuden a esa zona. El Mirador de Topilejo ya había sido señalado antes como punto de interés. Hay reportes anónimos, y versiones de vecinos que han mencionado movimientos irregulares durante las noches. Los recorridos, en su mayoría, se hacen sin presencia institucional. Familias que buscan a sus desaparecidos han optado por recorrer estos parajes solas, ante la falta de respuesta oficial.
“No veníamos a buscar nada en específico, pero ya habíamos marcado esta zona. Hoy decidimos volver… y ahí estaban”, contó una mujer que participó en la jornada.
La mayoría de los asistentes no forma parte de organizaciones grandes. Son casos particulares, aislados, que no han tenido avances en sus investigaciones.
Hasta el cierre de esta nota, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México no ha emitido comunicado alguno. El sitio, ubicado en una zona de difícil acceso, sigue asegurado.
Los colectivos exigen ahora que los restos no se queden almacenados sin nombre. Piden que se hagan los cruces con bases de datos de personas desaparecidas y que el hallazgo se atienda con perspectiva de verdad, no como un dato más. “Sabemos que puede no ser nuestro familiar, pero que sea de alguien. Lo mínimo que merece es ser identificado”, dijeron.