
En un esfuerzo por garantizar el acceso al agua potable para los habitantes de la Ciudad de México, Clara Brugada, recién asumida como jefa de Gobierno de la capital, anunció el inicio del Programa Agua Bienestar. Con este proyecto, cada garrafón tendrá un costo fijo de cinco pesos y se priorizará su distribución en colonias con altos índices de pobreza.
El programa incluye la instalación de plantas purificadoras en todas las alcaldías de la Ciudad de México para asegurar que el líquido distribuido cumpla con altos estándares de calidad. Según Brugada, esta iniciativa es parte de un conjunto de estrategias que buscan garantizar el derecho al agua como un servicio básico para todos los capitalinos.
“El Programa Agua Bienestar se suma a la instalación del C5 del Agua y otras acciones, que en conjunto nos permitirán garantizar el acceso a este derecho para todas y todos los habitantes de nuestra capital”, expresó Brugada en una publicación en X (antes Twitter).
#EnVivo ▶️ Hoy presentamos el Programa #AguaBienestar, el cual nos ayudará a impulsar el acceso al agua para todas y todos en la Ciudad. https://t.co/bF3CZ11o59
— Clara Brugada Molina (@ClaraBrugadaM) December 30, 2024
Durante su campaña, Brugada advirtió sobre la crítica situación del Sistema Cutzamala, la principal red de distribución de agua del Valle de México, que se encontraba al borde del “día cero”. En respuesta, su administración ha priorizado soluciones estructurales para mitigar la falta de suministro en las zonas más vulnerables.
Uno de los pilares de esta estrategia es un sistema de monitoreo constante y en tiempo real de las presas que abastecen a la capital, similar al seguimiento que realiza el C5 en temas de seguridad. Adicionalmente, se activó una línea telefónica exclusiva para reportar fallas en el servicio y fugas, que representan una de las mayores problemáticas del sistema hídrico en la ciudad.
El anuncio del programa ocurre en medio de los recuerdos de la crisis del agua contaminada reportada en la alcaldía Benito Juárez en mayo de 2024, durante la gestión de Martí Batres. En aquel momento, varios habitantes denunciaron que el agua tenía un fuerte olor a hidrocarburos, lo que desató alarma entre la población y críticas hacia el gobierno de la ciudad.
El Sistema de Aguas de la Ciudad de México identificó el origen de la contaminación en el pozo Alfonso XIII, ubicado en la alcaldía Álvaro Obregón. Sin embargo, hasta finales de 2024, el Comité de Transparencia de la CDMX había reservado los resultados de los análisis de laboratorio por tres años, argumentando que su divulgación podría generar “interpretaciones erróneas”.
El Sistema de Aguas presentó una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México por presunto sabotaje en relación con la contaminación del agua. Aunque no se han revelado avances en las investigaciones, el caso subraya la importancia de fortalecer la infraestructura y garantizar la calidad del agua para evitar incidentes similares en el futuro.
El Programa Agua Bienestar se enmarca en una estrategia más amplia para garantizar el acceso universal al agua potable en la Ciudad de México. Además de distribuir garrafones a bajo costo y construir nuevas plantas purificadoras, el gobierno capitalino se ha comprometido a modernizar la infraestructura hídrica y fortalecer los mecanismos de supervisión y mantenimiento de los pozos y redes de distribución.
Con estas acciones, Clara Brugada cumple una de las principales promesas de su campaña: asegurar que ningún habitante de la Ciudad de México se quede sin acceso a agua de calidad, independientemente de su nivel socioeconómico.
A pesar de los avances, el éxito del Programa Agua Bienestar dependerá de la correcta implementación de las plantas purificadoras, la distribución eficiente de los garrafones y la solución a problemas históricos como las fugas y el desabasto en ciertas zonas de la capital. Asimismo, las críticas sobre la falta de transparencia en el manejo de la crisis del agua contaminada representan un reto adicional para el gobierno de Brugada.
Con un costo asequible y una distribución dirigida a las comunidades más vulnerables, este programa podría marcar un punto de inflexión en la gestión hídrica de la ciudad y convertirse en un modelo para otras entidades del país.